Nuestras mascotas -como cualquier ser sintiente-
son parte de la vida. Son parte -aunque rudimentaria- del Ser.
Nuestras mascotas
no podrán escapar de Matrix
hasta que experimenten la solidificación de una personalidad o ego...
(que ahora a nosotros nos parece tan indeseable)
Solamente en ese momento nuestros perritos y gaticos podrán preguntarse:
¿Dónde estoy?
¿Quién soy?
Ese será el momento de abandonar el ego por tanto tiempo cultivado,
pues no tendrá ninguna utilidad posterior...
y ¡saldrán triunfantes de la ilusión, concientemente!
En dicho despertar de la conciencia, nosotros -sus afectuosos amos-, somos sus ángeles y su apoyo.