lunes, 22 de noviembre de 2021

¿Por qué llueve tanto?

 El maestro tras el velo, que envía telegramas y cartas a quien quiera oirlas, Seth, tiene un libro llamado "El Individuo y la Naturaleza de los Eventos Masivos" del que hablé hace unas dos entradas.

Afirma que los eventos climáticos y tectónicos se detonan con la energía de todos nosotros y que inconcientemente todos sabemos de esta relación. De manera que hay personas que sufren una catástrofe, precisamente porque la necesitaban para abandonar esta encarnación, o simplemente porque necesitaban una disculpa para hacer una nueva vida o cambiar de ubicación.

En esta misma línea, si las cosas fueran así, me pregunto: ¿Por que está lloviendo tanto? Al menos en Colombia y Ecuador, las inundaciones son fuertes y las tormentas muy frecuentes. (Así no era el clima antes).

Entonces, relacionando estos aguaceros torrenciales con lo que dice Seth, pienso que ahora llueve mucho porque nuestro pensamiento colectivo está obsesionado con la limpieza, la higiene extrema y el miedo a las infecciones que andan supuestamente al acecho en el ambiente.


A partir de ahí, pienso que nuestros pensamientos grupales obsesivos llevarían a detonar uno o más de los cinco elementos de la tradición china así:


  1. Si nuestras mentes, emociones e intenciones están muy alineadas con el asco y el temor a la  infección y contaminación, -como es el caso actual-, estimularemos la reacción del elemento AGUA (que limpia) y vienen las inundaciones y aguaceros.
  2. Si un porcentaje alto de una población vibra con deseo de destruir, viene el AIRE/METAL (que corta) y se generan los huracanes y ciclones, que terminan destruyéndolo todo a su paso.
  3. Si un grupo suficientemente grande da cabida en su corazón a la ira generalizada, el FUEGO (que arrasa) se activa y vienen las erupciones volcánicas.
  4. Si la mayoría de las personas de un área se siente personalmente o en nombre de otros (políticos, por ejemplo) avergonzada y despreciable, se activa la TIERRA (que cubre y esconde) y vienen los terremotos, asociados además, con deslizamientos y derrumbes de tierra.
  5. Por último, si una gran cantidad de gente mantiene en su interior el deseo de muerte, pone en actividad la MADERA (que es símbolo de la vida en el planeta) y ésta prácticamente, se suicida mediante incendios y sequías.

¿Cuál es entonces, nuestro pensamiento recurrente? ¿Estamos indignados colectivamente?

Ojo con esas emociones sostenidas, porque no le hacen ningún bien a nuestra salud, y menos a la estabilidad del planeta. Ignoramos la fuerza electromagnética de nuestros pensamientos sumados, sobre un planeta dinámico, hecho de partículas cuya naturaleza es todo menos materia rígida.

Como siempre, la conclusión ronda por el mismo tema: Cuidar nuestros pensamientos y evitar las emociones negativas.



domingo, 21 de noviembre de 2021

La inocente propaganda de la TV

¿Alguien recuerda de su bachillerato, -clase de anatomía- algo llamado "Sistema Inmune"? ¿Esos admirables soldaditos que salían en nuestra defensa cuando algo osaba intentar atacar nuestro cuerpo?

Pues, ahora, la propaganda nos convenció de que el Sistema Inmune y algo llamado genéricamente antaño "Las Defensas", son algo del pasado! ¡Ojo con la publicidad!

Crecimos con la maravillosa distracción de la televisión. Pero venía interrumpida siempre por anuncios publicitarios de las más variadas cosas: desde spaguetti hasta vacaciones fabulosas en islas caribeñas.

Ante nuestra incomodidad, nuestros padres nos decían que la publicidad era indispensable para cubrir los gastos del funcionamiento del espacio maravilloso del Mundo de Disney, de la Isla de Gulligan, del Investigador Submarino y de los intrigantes temas de Alfred Hitchcock Presenta. Todo en pantalla blanco y negro.

Y así seguimos pensando hasta adultos. Pero... si usamos un poquito la cabeza, veremos que no es tan simple e inocente la propaganda.

La propaganda, adecuadamente ambientada y repetida, va directamente al subconciente de manera más que malintencionada y no solo con fines comerciales. Yo, que me decía inmune a los anuncios, (pues por principio, nunca adquiría nada que me anunciaran en TV), me doy cuenta ahora de cómo sí fui afectada fuertemente y en aspectos mucho más graves que una compra. Por ejemplo, todas las mañanas tomo pastillas para la presión arterial...Cómo??? Por qué???

No se requiere más que ver un rato la televisión ahora para darse cuenta de que la mala intención de la sugestión de la propaganda es mucho más explícita y descarada en este momento. ¡Listo! Una vez comprendido esto, podemos andar un poco hacia atrás y ver lo tontos que fuimos desde la infancia:

Primero que todo, vemos que un alto porcentaje de los temas publicitados (70% o más) tiene que ver con la salud y la higiene. Lógicamente varias veces por tanda aparece el "¡Vacúnate!" de moda, con sus amenazas veladas si no lo queremos hacer, pero, eso es otro tema. 

Ahora se llevan el estrellato las imagenes "de microscopio" de asquerosos tubos digestivos palpitantes y sangrantes, que muestran cómo reaccionó el intestino ante ese poquito de ají que el muchacho le quiso poner a su comida en el restaurante, en esa ocasión especial con su novia; -por poner un ejemplo-. 

Luego viene la solución, sí. ¡Compre "Gastromugre"!


Pero la intención, -además de llenar los bolsillos de la farma que vende un Gastromugre como solución mágica, sin la menor intención de que a alguien le funcione-, es fundamentalmente que el televidente se convenza de lo débil y vulnerable que es su endeble cuerpo, cayendo suplicante, en las garras de cuatro o cinco perversos negociantes de la salud (incluído el sistema de salud pública).

Y ese trabajo constante y paciente sobre la Humanidad occidental ya está muy avanzado.

¡Casi culminado!

Niños y jóvenes están convencidos ya de que el mundo está lleno de bichos agresivos invisibles y flotantes, que saltarán hacia ellos tan pronto se descuiden, causándoles una terrible muerte. y no hay lugar seguro: ¡El bicho de moda se encuentra en el aire libre, según dice la OMS! Por eso, idiotas deportistas trotan con mascarilla hasta intoxicarse con su propia respiración.

¡Pobre y despreciable ser humano! Ya no queda nada de él. Está listo para ser manipulado en cualquier dirección que se desee. Esta es la "vida" que está viviendo? ¡Para los mayores que los observamos, no es tan divertida!


¡La persona aceptó y aceptó!. Recordemos otras entradas de este blog en que afirmamos que la salud la controlan los medios de comunicación y no los médicos. Estos últimos, junto con los científicos, solamente conservan sus posiciones laborales si confirman la tesis que ALGUIEN quiere demostrar como noticia de actualidad:

Que la gente que antes recogía del suelo un pedazo de chocolate que se le había caído al comer, ahora  debe desinfectarse a cada rato, evitando tocar cualquier superficie que un congénere usó, ¡so pena de que unos virus mortales le ingresen por los ojos la próxima vez que se los toque!

¿Es eso verdad? Mmmm...

Prácticamente lograron su cometido, no solo para la epidemia actual, sino de manera general. Triste! La gente es un ovillo de miedo ante el mundo.

La pregunta es: ¿Vamos a seguir aceptando cualquier cosa que nos diga la propaganda?