El maestro tras el velo, que envía telegramas y cartas a quien quiera oirlas, Seth, tiene un libro llamado "El Individuo y la Naturaleza de los Eventos Masivos" del que hablé hace unas dos entradas.
Afirma que los eventos climáticos y tectónicos se detonan con la energía de todos nosotros y que inconcientemente todos sabemos de esta relación. De manera que hay personas que sufren una catástrofe, precisamente porque la necesitaban para abandonar esta encarnación, o simplemente porque necesitaban una disculpa para hacer una nueva vida o cambiar de ubicación.
En esta misma línea, si las cosas fueran así, me pregunto: ¿Por que está lloviendo tanto? Al menos en Colombia y Ecuador, las inundaciones son fuertes y las tormentas muy frecuentes. (Así no era el clima antes).
Entonces, relacionando estos aguaceros torrenciales con lo que dice Seth, pienso que ahora llueve mucho porque nuestro pensamiento colectivo está obsesionado con la limpieza, la higiene extrema y el miedo a las infecciones que andan supuestamente al acecho en el ambiente.
A partir de ahí, pienso que nuestros pensamientos grupales obsesivos llevarían a detonar uno o más de los cinco elementos de la tradición china así:
- Si nuestras mentes, emociones e intenciones están muy alineadas con el asco y el temor a la infección y contaminación, -como es el caso actual-, estimularemos la reacción del elemento AGUA (que limpia) y vienen las inundaciones y aguaceros.
- Si un porcentaje alto de una población vibra con deseo de destruir, viene el AIRE/METAL (que corta) y se generan los huracanes y ciclones, que terminan destruyéndolo todo a su paso.
- Si un grupo suficientemente grande da cabida en su corazón a la ira generalizada, el FUEGO (que arrasa) se activa y vienen las erupciones volcánicas.
- Si la mayoría de las personas de un área se siente personalmente o en nombre de otros (políticos, por ejemplo) avergonzada y despreciable, se activa la TIERRA (que cubre y esconde) y vienen los terremotos, asociados además, con deslizamientos y derrumbes de tierra.
- Por último, si una gran cantidad de gente mantiene en su interior el deseo de muerte, pone en actividad la MADERA (que es símbolo de la vida en el planeta) y ésta prácticamente, se suicida mediante incendios y sequías.