sábado, 23 de abril de 2011

El Gran Acertijo del Durmiente

(Desborde del río Cauca en el Valle, Colombia)

Llora mi país bajo las aguas. Llora mi Oriente devastado.
Imágenes amargas…
Recogiendo restos, la Esfinge humea todavía.

Años de inconciencia. Años de rebaño.
¡No era ése el camino! No era la ciudad, ni el restaurante,
ni la cuenta corriente, ni el PhD.

País del Sol Naciente: me acogiste entre sakuras
Me enseñaste el Zen.
¿Dónde ahora tus templos, mar embravecido?
Bosques centenarios… ¿Radiación en Kamakura?

Vientos tropicales a la otra orilla
La Tierra-de-la-Gente-Feliz se desmorona.
Senderos de agua en difusión, torrente.
Techos sin cobijas. Insensible lago...

¿Ayudar?
Merecido complejo de hormiguita.
Mi fuerza, o ¿500 dólares, meteorito en ruinas?

Gaia desenfrenada, en tanto…
Madre como es, pálida observa traspasado el punto:
Inercia, placas forcejeando, eje torcido.
Tsunami, Uranio, jarillones vencidos, todos se le salen de las manos.
Cometa que trastabilea en el espacio
con su carga de dementes inconcientes, la etapa animal -apenas- manejando.

¡Durmiente! ¡Durmiente! ¿Qué hacemos?
¿Seguimos aparentando la rutina?
Por favor, ¡Dime algo! Porque detener la nave desbocada,
solamente un clic tu pesadilla lograría.

Me duelen compatriotas. Me duele ensoñada geografía.
¿No había que construir, que todo ya se borra?
Trabajadores incansables son los aporreados: ¿No había que trabajar, entonces?

¿Soñaste Soñador, sin salida un Acertijo?
No Vida, sino Laberinto que desemboca en pilas
de astillada madera y de ladrillos rotos?

¿Qué comiste, que sueñas castigos sin medida,
desmesurada reacción a tarados indefensos?
¿No reconoces, Durmiente, tus criaturas?

¡Al apagón!
Abre tus ojos un instante.
Suspira y esfúmanos en indolora niebla
Generaliza horizontal cardio-sonido
Bosteza y sin pena, otro rodaje inicia.