domingo, 17 de abril de 2011

(Beethoven) ...Si algo me llevara...


Si algo me llevara... Un mantra de sonrisas...
Un canto al Infinito…

El día en que en pájaro,
no verdes, sino azules los bosques
meditantes en parpadear, me acepten.

Cayendo libre, divertida en pentagrama que cual puente,
ojos absorbentes de colores se escondieran...
Barroco, rococó, rosado con dorado.
Celeste con plateado y violeta con mi lila preferido.
Y el omnipresente blanco borroneando mis sueños. Blanco en todos lados.
A discreción mil posibilidades. Las mías. Lo que hago.
De lejos, dibuja telón de azules en caricias ondulantes
mi nombre… mis muchos nombres…  subliminal llamado.
¡Ya voy! (ya casi…)
Cascadas transparentes sin fondo para mí.

Si algo me llevara, sería ese violín de luces que taladra el corazón:
-Diálogo de hada con homínidos.
-Declaración de amor al Universo.
-Motivo de existir y de morir, para volverme añil, como añil siempre he vivido.

En medio acuoso, terrestre dinámica flotando, tan incierta,
(que ni siquiera estar aquí o allá, se garantiza)
gotas de rocío caliente en mi mejilla -igual que Itzhak, el virtuoso, ahora-
décadas de barro en ángel postulante luchan transformar
¡Para que la cuerda acierte el Re: el Om que sintoniza!