martes, 6 de marzo de 2012

Poema: Trayectoria

Epopeya solitaria, indiferente, Globo uniforme de nadir perdido
Alóctono, balbuceante, traducido. Rupestre comunidad, inaugurando.

Cometa surgiendo de insondables negruras cósmicas sin fondo
Se expanden elusivas, del origen, del revuelto caos de las mentes.

A cita milenaria convocados
Conspiradores de gran civilizante
Precarias herramientas matemáticas
De piedra la edad, cercano el bronce.
 Al vuelco destinado por el sino,
Glorioso grupo élite escogido…
Proféticos neones, agudo tío,
¡Nueva era brillante! sin palabras.

¿Dónde entró el miedo a sacarme del partido?
¡El peso de ancestrales límites!
Karma que de abuela a leche salpicó mi fuerza
Produciendo un centauro asustadizo.

¡Reverso sin voz para protesta
Ante  absurdos rayados en pizarras!
¿Dónde quedó la fuerza de mi estirpe?
¿Dónde regentes, líderes y presidentes?

Nube tonta… invención vaticanísima,
Ensombrece rostros de rasgos imperiales
Ánglicos relictos de genética,
Pisoteados por falsas pesadillas…

Ay! Lela! ¡Cuánto desatino!
¡Recelo atávico! ¡Fantasmagórico destino!
Esfuerzo y tenacidad desperdiciados
Contradiciendo designios de centurias.

Inconciencia entonces, trasmitida,
Por proteínas, neuronas afligidas,
Esa disminución tan torpe y sin sentido,
Se adueñó de recreos de mansarda.

¿Quién osara en el piso del bus sentar a un Elegido?
¿Qué atrevida religiosa rústico léxico ensayara?
Cuando tierno y receptivo suponía
A la Humanidad sabia y con rumbo establecido.

Redime del infierno aquella otra,
De negro crucifijo inteligente
Con libros y paciencia cultivando
Otro tanto Jeangros ¡con un golpazo!

Afortunada protección monástica
Seguida de aire, agua, sol y viento,
Que renueva el pacto y fortalece:
Sacudir aquella Civilización Durmiente.
Partiendo así, de bíblicas escenas,
Héroe resurrecto parcialmente,
Tambaleando sediento se dirige
A tesoreros de todos los saberes.

¡Sorpresa! ¡Se engañan los doctores!
Escribanos inseguros del pasado
Jugando con la másica ignorancia,
¡En tinieblas sepultan todo ingenio!

¡No hay respuestas! ¡Anda afuera!
¡Únete al grupo, quinceañera!
Hamburguesas, cocacolas, cantos, ropas,
¡Aberrante y somero cultural ingreso!

¡No hay más! ¡Eso era todo!
¡No hay mónada, ni éter, ni continuo!
Por siempre el átomo será insondable.
Tú, insignificante: ¿Cuándo el Cosmos, astronauta?
 ¡Del anhelado Logos no sabemos!
Silencio. Imitación decente.
Siglos de apariencia. Concíbulo renuente.
Pared caminante. Muerte de la mente.

Negativa total ya se anulando
Transparente cristal micrónico rodante
En la joven luz, nublar colores…
Tan solo restó algo respirando.
  
¿Dónde estaba el compañero?
¿No hay tal cosa?
Soñaba misión, espuma de cascada,
¿Evaporada a muchos metros de la meta?

Error o acierto, volantes astronaves.
Devorador de lágrimas.
La búsqueda se inicia, tomando otro trazado.
                      
Se inaugura entonces, Medioevo
Secretas tertulias de papiros
Ocultista investigación de santo y seña
¡Culmina Oriente, de sílabas trillones!

Adaptándose espécimen, a dos mundos
Dos éxitos queriendo, al levantarse
Espadachín un paso, Aramis da otro.
Se enreda uno. ¡El otro impávido!

Entre tanto, el grupo señalado
Trabaja en aquella, la misión dorada
Publica ecuaciones que al profano
Por confusas, aplausos le provocan.

Y juntos al final de este trayecto
Se funden los caminos diferentes
Y solo el lamento del ausente
Distorsiona la dicha del equipo.

Tan solo por instantes, desertor, regresas
En otro idioma con tardío aporte:
Trasmitir resultados de inmediato
A novicios enanitos azulados.
 Su nostalgia de no haber participado
En la gran solución al Crucigrama
Se reemplaza por la fuerza de los nuevos:
Difundir, nuevas gentes transformando.
   
Nuestra Era será aquella soñada de la Mente
Todos sabios: maestros y doctores
Caminando dichosos y seguros,
¡Haciendo honor a nuestro Aquel Durmiente!