viernes, 11 de diciembre de 2015

El Nuevo Credo

¡Somos seres creadores!
Prácticamente todo lo que creemos se expresa en la realidad de una forma u otra.
 
El Nuevo Credo que debemos repetir al despertarnos y al acostarnos para imprimirlo en el subconsciente, es:

Creo que soy parte de una Humanidad
Megaconciente, Creativa, Diversa y Tolerante,
Coexistiendo placenteramente con una Naturaleza Biodiversa, 
Amable y Vital.

La fórmula anterior se basa en el siguiente análisis:

Por un lado, la conocida técnica de la PNL, Programación Neuro Lingüística, cuya enseñanza central es que nuestra psicología acepta sin chistar las cosas que nuestra boca expresa. Esto es: Si mi lenguaje habitual habla mal de mi salud, probablemente me mantendré inexplicablemente enfermo de una u otra dolencia. Si mi lenguaje es negativo o pesimista, con seguridad todo me saldrá mal. Incluso si denigro de toda una comunidad, esta se irá rápidamente a la quiebra moral o económica.. Lo que sea que yo acostumbre expresar, con la convicción de que es cierto. Por eso es tan importante hablar en positivo y con entusiasmo.

Esto en cuanto a las palabras. Segundo: Los pensamientos.
Hay muchas corrientes de filosofía actual que demuestran que nuestros pensamientos afectan directamente la realidad que vivimos. "Thought Become Things", dice Mike  Dooley y algo parecido promulga el libro El Secreto, que mediante varios maestros actuales muestra que lo afín atrae lo afín, con lo que los pensamientos negativos atraerían hechos negativos, etc...

Pero cuando se estudian las canalizaciones de Seth, se llega a un concepto más profundo: Cierto que los pensamientos y las palabras crean formas semejantes a ellos... Pero la explicación básica está más atrás. Ya lo hemos dicho antes: SON LAS CREENCIAS QUE ALIMENTAMOS Y MANTENEMOS LAS QUE DAN ORIGEN A LA REALIDAD QUE NOS RODEA.

OK. Entendido y asumido esto y deducida la necesidad de traer a nuestro control consciente nuestras creencias, pensamientos y palabras, paso a comprender que son muchas las creencias que deberíamos corregir para tener una experiencia agradable en esta vida. Tantas, que se hace una labor bastante ardua y que consume mucho tiempo y esfuerzo.

Así, en cambio de todo ese trabajo, cambiando la creencia fundamental podríamos ir más directamente al objetivo de mejorar nuestra existencia a nivel de Humanidad doliente y de Planeta deteriorado. Esto es, mediante un nuevo Credo que imprimamos en nuestro consciente mediante su comprensión y repetición frecuente. Un Credo del que se deriven todas las demás creencias fabricantes de experiencias a nivel personal y de grupo. Un Credo que al nacer en nuestra mente corrija automáticamente todas las creencias que han constituído barreras en nuestro desarrollo y en la apropiada y agradable convivencia con nuestros semejantes y nuestro entorno. Que las desaparezca de un tajo, por ser incompatibles con él.

Con esta creencia, voluntariamente aceptada en nuestro consciente -y consecuentemente, en nuestro subconsciente-, podremos corregir otras creencias que menoscababan nuestra autoestima y nuestra posición ante otros grupos raciales, étnicos, religiosos, políticos, económicos, entre otros.

Y con esta creencia adecuadamente sembrada en nuestra cabeza, dejaremos de maltratar el ambiente y a los animales y apreciaremos la diversidad, ésta incluso en la gente. Nos gustará lo diferente. Lo original. Seremos tolerantes y cordiales con todo lo que nos rodea. Apreciaremos el planeta y no le arrancaremos sus tesoros a punta de retroexcavadora. Disfrutaremos el agua y el aire puros. Enriqueceremos los suelos y de ellos sacaremos alimento natural y sano para nuestro disfrute y para que nuestra salud sea el resultado.

Así, -si vemos las ventajas de adoptar este Credo que tiene el potencial de trasformar a la Tierra y sus habitantes en un ecosistema amigable, hermoso y generador de abundancia y cultura-, en adelante todos nuestros pensamientos y palabras deberán encuadrarse en el propósito de esa creación consciente... Y toda acción tendrá que paulatinamente ajustarse a dicha creencia. Con lo que todo y todos saldremos ganando. 

No serán factibles ya actitudes de miedo, intolerancia, segregación, explotación, ni ningún tipo de ataque al Ser humano ni a la Naturaleza.

¡Este es  nuestro nuevo Credo!
No necesitamos más.

Con él volveremos al Paraíso Terrenal y estando allí decidiremos colectivamente qué más queremos experimentar:
  1. El retorno a la Quietud del nirvana en el gozo de la Unidad, -o si estamos de ánimo-,
  2. Explorar la vibración de algún nuevo mundo, tan interesante como éste. Con la ventaja de nuestra Conciencia Expandida, que no podrá volver a caer en la apariencia de la separación ni en la creación de experiencias caóticas ni desagradables.
¿Será buena idea?