La Sabiduría que tanto necesitamos para vivir esta existencia
coherentemente y de manera satisfactoria,
nos es conocida desde siglos.
¡Todo nos lo han dicho ya!
Los sabios, los avatares, los iluminados nos han hablado,
-aunque con la limitación propia de las palabras,
que son incapaces de expresar grandes realidades-
¡Pero nos lo han dicho ya!
Solamente se trata de mirar frases y sentencias ancestrales/antiguas con nuevos ojos,
para develar la belleza de su mensaje.
¡Qué tranquilos nos sentiríamos conociendo la Verdad!
¡Qué alivio sería para toda la Humanidad!
Qué satisfactorio sería
Plantarnos en la mitad del jardín o de la ciudad,
y decir:
¡Ya recordé quién soy!
¡Ya me acordé por qué fue que vine aquí!
¡Ya sé qué es lo que estoy haciendo!
¡Huy! ¡Qué maravilla!
Y es que en realidad nos merecemos recordar la verdad.
Y aquí propongo la solución... Aunque no es nada nuevo.
(Puede sonar incluso aburrido)
Lo que la experiencia de todos los místicos iluminados nos muestra
es que hay un ejercicio relativamente fácil,
que favorece ese estudio... esa nueva lectura de frases de antaño,
de los refranes constructivos y de los consejos de las abuelas.
Este ejercicio,
por algún motivo funciona, y es la MEDITACIÓN.
La meditación no solamente te hace sentir bien (¿genera endorfinas?)
La meditación no solamente mejora tu salud (¿hace que se activen tus meridianos?).
La meditación no solamente suaviza tus relaciones con los demás y te hace más tolerante.
Te da claridad mental. ¡Te refresca el cerebro!
¡La meditación te hace sentir la Unidad!
¡La meditación es tu cable telefónico con tu Creador!
Hasta aquí, ya todo es ganancia.
Pero hay más:
La meditación, o como quieras llamarla... Introspección, contemplación, relajamiento conciente
Ese espacio de silencio que le das a tu alma,
esa paz, al ignorar por algunos minutos tus dificultades diarias...
Conecta tus dos hemisferios cerebrales en mutua colaboración y perspectiva,
favoreciendo tu inspiración, al tener una visión unificada.
Ella es la que te da momentos de claridad al releer un texto inspirador
y te redibuja las palabras dándoles un nuevo significado.
¡Ensáyala!
Nunca el tiempo dedicado a la meditación será tiempo perdido.