Pero, hoy, pensando ¿De qué está hecha una imagen?
¿De qué está hecho un pensamiento...?
se me ocurrió una solución:
La imagen está hecha de luz... esto es, de energía.. la misma energía del pensamiento de Dios y el mio...
Mejor dicho... lo que siempre hemos dicho, sin entenderlo bien: ¡Que somos energía!
El sueño nuestro, igual que el sueño de Dios, no podría suceder, sin un éter, un medio, en el cual delinearse. Una pantalla... donde se refleje algo... ¡LA ENERGÍA!
Entonces, en la enfermedad, sí podría haber algo así como un bloqueo de energía, tal como lo ve la Medicina Tradicional China, que afirma que el Chi del Universo viaja de un órgano a otro a traves de unos canales establecidos.
De manera que redescubro la posibilidad de que la Acupuntura... o de manera más práctica, la Digipuntura, administrada a sí mismo por cada cual, -en el conocimiento de que "somos Chi-"... ser la solución a las incomodidades que, en la energía de nuestro cuerpo ilusorio causan algunas creencias inconvenientes, temerosas y desviadas de nuestra mente, haciéndonos enfermar.
INSTRUCCIONES. Así que: ante una dolencia, tocaremos un PUNTO cercano a la molestia (no se requiere memorizar puntos de acupuntura exactos), y lo haremos convencidos de que por nuestro dedo sale el rayo corrector y desbloqueador de la energía del Cosmos a la que estamos conectados.
El Chi ingresará desde el Infinito a nuestra espina dorsal y saldrá con presión por la yema del dedo. Mientras tanto, toda nuestra atención deberá permanecer en el contacto con este punto de dolor. Si es posible, contendremos la respiración mientras administramos el calor curativo y la soltaremos al retirar el contacto.
Con ello estaremos desbloqueando la energía que fluye por los canales de este ilusorio cuerpo de pensamiento, y restauraremos el equilibrio de su fuente. Al menos en teoría, el dolor debería disminuir o desaparecer... Y la enfermedad esfumarse, pues ella es solamente la manifestación de que la energía está trabada en alguna parte.
Así, resolví este conflicto conceptual entre la ilusoriedad del cuerpo y algunos dolorcitos que no logro ignorar.