lunes, 15 de septiembre de 2025

Pulso Conciente de la Armonía

Podemos quedar tranquilos. No tenemos que hacer grandes cosas, ni ser los más caritativos, ni los más exitosos, ni los más eficientes en esta vida. Nuestro propósito es ahora claro, como se demostrará en los siguientes párrafos.

Somos conscientes. No necesitamos mayor bendición. Es el más alto de todos los bienes. No se necesita más, porque además, es nuestra esencia y nuestro poder.

Al respecto, gracias a Rupert Sheldrake obtuve una demostración casi geométrica, matemática, de la universalidad de la conciencia que conlleva una definición satisfactoria del Ser Supremo.

Dios es conciencia. Lo entendemos, aunque no lo aceptemos tan completamente. Bien: poco a poco lo asimilaremos. Pero también el Universo es conciencia y nosotros lo somos, igualmente.

O sea que Dios, nosotros, el Universo con sus galaxias y los diez mil seres somos parte de UNA sola Gran Conciencia. El Uno, como siempre hemos intuido.


¿Cómo se demuestra esto? Miremos todo lo que hay: el electrón tiene movimiento, energía, propósito y obedece ciertas leyes.. para esto debe tener una conciencia pequeñísima; una chispita mínima. Los electrones, con otras partículas y fuerzas, constituyen las moléculas, que ya tienen propiedades y aptitudes más evidentes y, por lo tanto, tienen una conciencia pequeña, pero superior a la de las partículas. 

De ahí hacia arriba continúa la cadena de la complejidad de  la vida con las células que, están muy vivas y evidentemente, con una micro conciencia que les permite decidir qué asimilan y qué rechazan; si es momento de dividirse o de combinarse para formar tejidos, por ejemplo, o de cumplir una función. Tejidos de diversas clases que, incluso son sensibles a influencias externas y pueden enfermarse o regenerarse, gracias a su nivel de conciencia. 

Más arriba, los órganos serán aún más conscientes, con limitaciones, lógicamente, en su aturdimiento borroso de una evolución de esa conciencia que poseen mínimamente. Luego los microorganismos, que sería tonto considerar maquinitas que funcionan automáticamente; para finalizar en las plantas, los inteligentes animales y los super conscientes (al menos en teoría) seres humanos. 



Paralelamente, por un camino más básico que ya recorrieron los individuos mencionados previamente, los elementos químicos forman minerales y estos cristalizan siguiendo unos planes que probablemente disfrutan en su belleza, progresando a lo largo de millones de años... como las rocas que conforman y las montañas... Sagradas para tantas culturas y que impávidas, miran al infinito como meditando, el paso de los siglos. Y el sol, las estrellas, los planetas, las galaxias... todos partes del Gran Pensamiento... del impulso original de creación, que no tiene otro objetivo que seguir creando belleza y perfección.

Ahí, otra maravillosa conclusión que resuelve uno de nuestros problemas más esenciales: ¿Cuál es el Propósito de mi vida? ¿Cuál es el propósito de este mundo?

¿Cuál? Pues, muy sencillo: Disfrutar de la conciencia enfocada a la creatividad... esto es, saborear la Armonía, que es a lo que todo tiende, aunque no sea evidente en nuestra situación actual.

Por ello, modifiqué el título que en una entrada antigua de este blog le di a Dios, para no usar el confuso y controvertido término que se usa para la atracción humana (Amor): Ya no le digo el Pulso Consciente del Amor, sino que ahora lo llamo el Pulso Consciente de la Armonía. Con ello evito el término  universalmente deformado por los celos, la posesión, el apego y el miedo a la pérdida.

Quedamos entonces tranquilos. ¡Somos! no cualquier cosa, sino lo más elevado: La Conciencia Infinita. No estamos solos: somos infinitos; no moriremos  (somos eternos como lo ha sido siempre la conciencia) y, sobre todo, tenemos un Propósito (por fin, de fácil interpretación para cada uno, sin importar cuál sea nuestra actividad en el mundo): ¡La Armonía!



¿Qué más podemos pedir?
No resta sino practicar un poco en el día a día.





sábado, 28 de junio de 2025

Los dos Asesores de la Mente


No sé si a ustedes les pasa, pero a veces siento que mi cabeza es como la oficina de un presidente en plena crisis. Hay un ruido constante, teléfonos que no paran de sonar, informes urgentes apilándose en la mesa... el banco... un caos. Y en medio de todo, estoy yo, quien se supone debe tomar las decisiones, sintiéndome completamente abrumada.

Lo que les voy a recomendar se parece un poco a lo que nos decían cuando niños: Que un diablito nos hablaba en la oreja izquierda cosas inconvenientes, mientras un angelito (la voz de la conciencia) nos aconsejaba correctamente en el oído derecho.



He estado dándole vueltas a esta sensación y he empezado a ver este caos de una forma diferente que, la verdad, me ha ayudado un montón. Me he dado cuenta de que en mi oficina mental, en realidad solo hay dos asesores o consejeros que yo consulto. Y mi único trabajo es decidir a cuál de los dos le voy a prestar atención.



El Asesor N.1: El asesor del Pánico (El Ego)


Este es el que más grita. Es el que entra a la oficina a la carrera, con la cara desencajada y un montón de carpetas bajo el brazo que dicen "URGENTE" y "PELIGRO".

Lo reconozco porque su lenguaje es siempre el mismo:Empieza con: "¡Tienes que...!", "¡Cuidado con...!", "¡No puedes permitir que...!".
Habla rapidísimo y siempre sobre el pasado (lo que hice mal, o lo que me hicieron a mí) o sobre el futuro (todas las catástrofes que están a punto de ocurrir).
Su consejo siempre se basa en el miedo, la defensa y el ataque. Si me llega un correo, me dice: "¡Responde ya! ¡Deja claro que no fue tu culpa! ¡Cúbrete las espaldas!". Y si alguien se me cuela en el tráfico, es el que grita: "¡Pítale! ¡Que se quite! ¡No dejes que se salga con la suya!".

Para ser sincero, durante la mayor parte de mi vida, he pensado que este asesor era el único que había. El más realista. El que me protegía. El resultado, claro, fue vivir con un nudo constante en el estómago o un disgusto inexplicable.


El Asesor N. 2: El asesor Silencioso (El Espíritu de la Paz)

Luego está el otro consejero. Este es muy diferente. Rara vez levanta la voz. De hecho, casi siempre está sentado tranquilamente en un rincón de la oficina, esperando pacientemente a que yo lo consulte.

Su forma de comunicarse es mucho más sutil:No trae problemas, sino que trae perspectiva.
Su voz no es de pánico, sino de calma. A veces ni siquiera son palabras, es más bien una intuición que me dice: "Espera. Respira. Hay otra manera de ver esto."
Nunca habla del pasado como una carga ni del futuro como una amenaza. Su único interés es devolverme la paz en el presente.

Frente al mismo correo del trabajo, este asesor simplemente me inspiraría a hacer una pausa. Frente al coche en el tráfico, me recordaría que mi paz vale más que tener la razón durante dos segundos.

Solución: Mi Único Trabajo Real

Aquí es donde todo ha empezado a cambiar para mí. Me he dado cuenta de que mi trabajo no es resolver todos los problemas que me trae el Asesor del Pánico. Mi único trabajo real, aquí, sábado por la mañana y el resto de la semana, es elegir a qué asesor escuchar.


Así, la práctica se me ha vuelto muy simple:

Oigo el griterío del Asesor del Pánico en mi cabeza (hemisferio izquierdo)
Hago una pausa y lo reconozco: "Ah, es él otra vez, con sus carpetas rojas."

Respiro hondo y, deliberadamente, giro mi silla imaginaria hacia el Asesor Silencioso y le digo: "Ya escuché la opinión del miedo. Ahora quiero escuchar la tuya. Quiero paz en lugar de este caos."

No siempre funciona al instante, pero cada vez que lo hago, siento como si le bajara el volumen al ruido y empezara a sintonizar otra emisora mucho más tranquila. ¡Estoy construyendo mi paz!

Quizás el despertar del Durmiente no sea más que esto: Aprender, día a día y momento a momento, a esquivar los servicios al asesor del pánico y decirle amablemente: "Gracias, pero hoy no te escucharé. Hoy voy a consultar con mi otro consejero."

miércoles, 25 de junio de 2025

Si Cristo... ¿no fuera exactamente Quien nos contaron?

Llevo un tiempo dándole vueltas en la cabeza a una de las palabras más pesadas e intimidantes de Un Curso de Milagros: "El Cristo". 

El término es confuso en la religión, donde se funde con la persona de Jesús sin mayor explicación; igualmente, en otras doctrinas esotéricas en las que, peor, me hacen pensar en un gran espíritu que envuelve el planeta. 

No sé ustedes, pero a este respecto, yo crecí con una idea de una figura histórica, divina, única, crucificada... y muy, muy lejana a mí. Alguien a quien admirar, pero definitivamente alguien que "no era yo".

Pero mientras más avanzaba en el camino de Un Curso de Milagros, más me daba cuenta de que esas ideas se quedaban cortas. Y allí, la respuesta que encontré es tan simple y a la vez tan enorme, coincidiendo con la filosofía que hemos elaborado hasta el momento: 

El Cristo somos todos. Es nuestra verdadera identidad. La tuya, la mía, la del vecino.


Es volver a la maravillosa idea de El Uno. Como si, en el fondo, sí realmente fuéramos un solo Ser, una sola Mente conectada directamente con la Fuente. Un Ser perfecto, lleno de luz, completamente inocente.  Ese Ser, según UCDM es el Cristo. Lo que pasa es que este Ser se puso a soñar que se rompía en miles de millones de pedacitos (o sea, nosotros) y que cada pedacito olvidaba que era parte del todo.

El otro día, conversando sobre esto, surgieron un par de ideas que me ayudaron a ponerlo en palabras: El Cristo es como "la Hermandad (Filiación) Autoconsciente". O sea, es esa totalidad nuestra, pero despierta, consciente de sí misma, sin la amnesia que nos hace creer que estamos solos y separados. 

O también, se podría definir como "la Hermandad Radiante", porque su naturaleza, cuando no está tapada por nuestras nubes de miedo y culpa, ¡No puede hacer otra cosa que brillar!

Ok, suena genial. ¿Pero qué hace alguien con esto un lunes por la mañana en medio de un trancón?

Y creo que ahí está la magia de todo el asunto. La forma de recordar que yo soy ese Ser radiante, es empezar a buscarlo en los demás. La práctica es dejar de ver al conductor de al lado como "el que se me va a colar", al jefe como "el que me presiona" o al político de turno como "el que nos va a arruinar".

La práctica sería hacer una pausa, respirar y pedir ayuda para ver más allá del disfraz. Pedir ver claramente a ese otro pedacito de la Filiación que, igual que yo, está dormido y asustado. Cuando logro, aunque sea por un segundo, ver la luz en esa otra persona, algo en mí se enciende. Es como si al reconocer al Cristo en él, mi propio Cristo interior se desperezara un poquito.


Así que ese sería el plan. Tratando de recordar que el Cristo no es una estatua en una iglesia ni una figura en un libro de historia. 

El Cristo es la verdad de lo que somos, esperando pacientemente a que dejemos de pelearnos con las sombras en la pared y nos demos la vuelta para mirar la Luz.

sábado, 24 de mayo de 2025

El chispazo

La ficha final 
integradora de todo el acertijo
del caos burbujeó hoy.
 
Nocturna revelación, la mayor de este sendero
me soluciona de un tajo la angustia subyacente
la gran pérdida en la Oscura Noche
que el profundo gozo de mi juventud robara.

Que Dios sea INFINITO, dentro y fuera de todo lo existente
 (universo, flor, piel, seres y mente)
-ya no externo ni antropomórfico-
Que sea explosión sin límite... Energía creadora y destructora de mundos a la vez
Vacío y Forma... negro y blanco

No significa que no podamos tener una relación PERSONAL e íntima con Él.

Más bien, este impávido Dios monista, el de Spinoza…
¡Se nos torna más fácil de abrazar! Más fácil de admirar y saborear.

¡Eureka! Ya puedo volver a hablarle y consultarle
nimiedades -en infantil complicidad-
Volver a mostrarme enamorada con pequeños versos
y retozar en su inminente compañía

…Recurrir a Él, confiada, en recodos inciertos.
Envolverme en su pensamiento sonriendo a cada paso!

¡Regreso al Edén! Recupero ese mismo inmenso gusto
que cada inhalación al avatar casi explotaba 
y me impulsaba rodando, 
-sin forma también-,
como emanada radiación de un Rey de Reyes
paseando gustosa por La Tierra.

Juro que no volveré a olvidar 
ni en esta dimensión
ni en la más extraña, 
ni en la más abstrusa
¡Que somos inseparables amantes para siempre

 

 


sábado, 17 de mayo de 2025

Lucidez final

Rodeado de poblaciones espectrales, el Durmiente

cohibido en el centro de la escena

interactúa simulaciones.

Instantes de luz, equivocaciones, vanos triunfos ¡llanto!

Perseguir apoyo, aprobación al menos...

¡Inexistente compañía! ¡Traición y olvido! 


¿Cuál será el secreto de los exitosos? Irresoluble cuestión. Insondable Secreto de ocultistas.


Pequeñísimo se vuelve... y mareado...

insignificante entre volubles sombras e inalcanzables metas

apabullado por distracciones y conflictos.


-Desesperación solo resta a su existencia-

Asombroso: ¿Por qué no se suicida?


¿Cuándo abrirá los ojos? -en el fulgurante Palacio se preguntan-.

¿Cuándo asumirá su trono? (Centro del Universo sufre distraído...)


Atesorado  y protegido por el Poder Más Grande:

¿Te ha hecho más consciente 

el sueño de hoy, Cariño Mío?