Probablemente somos más felices de lo que pensamos. Parece increíble, pero así es.
¡No nos damos cuenta en qué grado somos felices!
El Doctor Raj Raghunathan de la Universidad de la India ha estudiado metódicamente qué es la felicidad y cómo se manifiesta, estableciendo algunos ejercicios para incrementarla. Al respecto pueden ver su curso gratuito en Internet: "Una Vida de Felicidad y Plenitud"
El primer ejercicio, -que por cierto me sirvió mucho para ser consciente de qué cosas son las que me hacen feliz- es: Escribir nuestra propia definición de felicidad.
Y acorde con ella, enumerar algunas cosas o actividades que sabemos que nos hacen felices.
De ahí a entender cómo ser más felices, no hay sino un paso. El punto es que veremos el asunto mucho más claramente después de ensayar esta sencilla prueba.
Expongo a aquí mi caso, pero cada persona es diferente y debería intentar hacer el ejercicio. Es muy útil para conocernos mejor y estar más contentos.
Ésta es mi definición:
Felicidad es estar contenta conmigo misma
en cada aspecto de mi vida.
Compruebo entonces que soy feliz cuando:
- Alguien me quiere o me aprecia por ser una buena persona.
- Siento que mi labor profesional vale la pena y es reconocida.
- Dedico tiempo a mi despertar espiritual.
- Viajo observando y aprendiendo cosas nuevas.
- Me sumerjo en la naturaleza.
- Aprendo algo que me interesa.
- Puedo ser generosa y ayudar a otros.
- Encuentro algo naturalmente bello para admirar y fotografiar.
- Logro escribir algo que me deje satisfecha.
- Soy capaz de pintar un cuadro y disfruto haciéndolo.
- Interactúo con mi jardín haciéndolo bello.
- Encuentro el momento para escuchar la música que me gusta.
- Tengo una mascota incondicional
El ejercicio me dejó pensando: No tengo muchos argumentos para decir que no soy feliz...
Más bien, al reconocer el concepto claramente, debería ser bastante fácil aceptar que lo soy, si me esfuerzo un poquito al tomar cada decisión de mi vida en el sentido de darle siempre prioridad a lo que me hace feliz, versus otros factores decisorios como la conveniencia, la utilidad monetaria o la influencia de los demás.
Más bien, al reconocer el concepto claramente, debería ser bastante fácil aceptar que lo soy, si me esfuerzo un poquito al tomar cada decisión de mi vida en el sentido de darle siempre prioridad a lo que me hace feliz, versus otros factores decisorios como la conveniencia, la utilidad monetaria o la influencia de los demás.
El ejercicio me mostró que la mía ha sido una buena vida,
Que la felicidad ha estado siempre a mi alrededor
y que si no siempre me siento feliz,
se debe en alto grado a mis propias desviaciones de este axioma.
Que la felicidad ha estado siempre a mi alrededor
y que si no siempre me siento feliz,
se debe en alto grado a mis propias desviaciones de este axioma.