Y debe serlo, porque después de varias (¿dos? ¿tres?) generaciones sometidas al Proceso Educacional Indirecto de la televisión, tan atractivo y sin ningún control de los Ministerios de Educación, obtuvimos adultos abiertamente deshonestos, con escalas de valores muy diferentes a los ciudadanos normales de la vieja guardia (los que nuestros padres llamaban "gente de bien"). Todo apoyado por los medios, el cine, los videos y los juegos.
¿Cómo no habrá violencia en un estadio, a dónde se va alegremente a ver un partido y a pasar un rato de esparcimiento, si los espectadores cuando eran niños, vieron con tanta naturalidad películas y video-juegos de violencia, donde se destruía de un solo golpe al oponente?
¿Cómo pueden los padres imaginar siquiera, que regalar un arma de juguete a su hijo, o una espada láser que corta por la mitad al enemigo, no afectará ni determinará su futura conducta?
¿Tan desconectados los creen? ¿O acaso se los imaginan concientes de lo que es conveniente y lo que no?
Y aún más, para adultos productos de esta sociedad actual, los filmes de tremenda violencia y destrucción priman como los más populares. Por supuesto. ¿Qué películas crees que veían los gobernantes actuales cuando eran solamente infantes?
Para empeorar, en estas películas también se premia la astucia y la inteligencia al servicio del enriquecimiento personal y el éxito aparente.
A veces pienso que los políticos corruptos ni siquiera piensan que hacen mal apropiándose de los recursos del Estado.
Les enseñaron que tenían que aprovechar cualquier "oportunidad" económica que les pasara por delante. Y esa "oportunidad" son los dineros que se les confía para administrar en bien de una comunidad dada.
Lo mismo sucede ahora, con todo el escándalo mundial de Odebrecht...
Ahora veo que a todo nivel en todas las instituciones, los empleados públicos y demás funcionarios estaban convencidos de que si un contrato pasaba por sus manos, ¡era más que justo que algo quedara a su bolsillo en compensación por su trabajo de selección de proponentes!
Pienso que eso es lo que pasó. ¡Inocentemente pensaban así!
O de lo contrario, por qué todos cayeron? Grandes y pequeños, niveles altos y mandos menores, todos cayeron y callaron. -Esa es mi interpretación, pues no encuentro otra-.
Tal vez, en algún momento lo que sucedió es que la sociedad (tristemente encabezada por las madres) empezó a alabar al chico matón y a denigrar del muchacho pacífico que en la escuela no aprovechaba su posición o su superioridad en un momento dado. Era claro que ¡el niño honesto era bastante tonto!
Y por su lado, los padres (varones) mostraron a la familia que a toda costa era necesario obtener ganancias, pues la meta era ante todo sobrevivir holgadamente, sin importar los medios.
A este respecto, en mis años de formación profesional conocí un ejecutivo
que trataba de enseñarme que para ascender a la cima,
¡Había que pisar muchísimas cabezas!
que trataba de enseñarme que para ascender a la cima,
¡Había que pisar muchísimas cabezas!
Y en nuestro país - y otros más- empeoramos esta situación por la cultura del narcotráfico, que intentó lavar sus malas acciones con regalos a los campesinos.
Así, ¿A dónde llegaremos como cultura global?
Hasta existen juegos para convertirse en un exitoso político corrupto. ¡No puede ser!
¡Esto no es inocente! No puede ser fortuito ni casual (alguien está tratando de corromper a la totalidad de la sociedad, no sé con qué propósito)
Entonces, nosotros, los concientes, somos más ¡No lo permitamos!
¡Echemos reverso!! No podemos seguir así.
Y por favor, padres ingenuos, dejen de alimentar la violencia y la corrupción en sus hijos, cerrando los ojos ante lo que los chiquitos ven en televisión y el internet, o mirando hacia otro lado, sin opinar, cuando el noticiero de la noche muestra la injusticia y la agresión.
Increíblemente, todos necesitamos de ese acertado comercial en que una niña dice: "Copiar en los exámenes no es correcto! ¡Es corrupto!"
¡A dónde hemos llegado! Necesitamos hoy que nos enseñen esto de nuevo.