¡El Universo es un organismo vivo! Y por lo tanto,
¡Todos sus componentes están vivos!
Los astros están vivos
Nos enseñaron a ser materialistas y a descartar cualquier posibilidad de vida en el reino mineral, a pesar de que sabemos que los cristales "nacen" en las condiciones apropiadas y "crecen" hasta convertirse en objetos de muchísima simetría, color y belleza.
Los astros están vivos
Nos enseñaron a ser materialistas y a descartar cualquier posibilidad de vida en el reino mineral, a pesar de que sabemos que los cristales "nacen" en las condiciones apropiadas y "crecen" hasta convertirse en objetos de muchísima simetría, color y belleza.
Atribuimos esto a las "leyes" del mundo físico, sin pensar en que su interior está formado por las mismas partículas que constituyen nuestros órganos, aunque en ninguno de los dos casos sabemos cuál es la causa que los hace ordenarse de tal manera y ser funcionales.
Nos parece que la perfección de un cristal como el de la foto se hacen automáticamente y por efecto de una química muerta que construye esta belleza de manera aleatoria.
¡Pues no es así! De la misma forma en que un animal está en un escalón inferior al ser humano por carecer de conciencia individual, y que la planta está en otro escalón más bajo que el animal porque carece de deseos individuales, -que sí tiene un perro o un ave-, igualmente, el mineral está en un nivel inferior a las plantas, más no por ello carece de la chispa de vida global con la que fue dotada toda la creación.
La materia, en sus componentes más pequeños, muestra vida y reacción ante intervenciones o ante un simple observador. La energía a su escala, "piensa" y por eso reacciona.
La materia, en sus componentes más pequeños, muestra vida y reacción ante intervenciones o ante un simple observador. La energía a su escala, "piensa" y por eso reacciona.
Los minerales se hallan en un estado de trance, en cuanto a conciencia se refiere, pero no carecen de vida. Por lo tanto, cuando se juntan muchos de ellos podemos reconocer una especie de conciencia en letargo, que puede reaccionar en cierta forma a nuestros poderosos pensamientos grupales.
Aquí aparece entonces la posibilidad de AMAR
a nuestro planeta hermoso.
No solamente protegerlo porque es un ente físico que se puede deteriorar y dejar de cumplir su función de sostén a la especie humana... Amarlo porque es una "madre", Gaia, tal como lo entienden los pocos aborígenes que se salvaron de ser borrados de la faz de la Tierra.
Y en el mismo orden de ideas, ahora me parece que no estaban tan mal los egipcios en su adoración al Sol. El astro rey es tan vitalmente importante para nosotros, que nosotros no podríamos menos que enviarle pensamientos de gratitud y reverencia, cada tanto.
Es un hecho que los astrólogos conocen esta influencia de los astros sobre nosotros y sobre todo el holograma en que vivimos, cuando analizan la carta astral de alguien, colocando en el firmamento del momento de su nacimiento la posición de los principales astros.
Porque cada planeta, por su composición, su ubicación y la energía que a lo mejor otros habitantes le imprimieron, puede ser belicoso, por ejemplo, como se considera al planeta Marte.
Lo que sí es muy evidente es que la energía de nuestra Gaia es definitivamente hermosa. ¡Amarla no es difícil! Y una vez que este sentimiento ha crecido en nuestros corazones, ya no serán sacrificios lo que hagamos en pro de su salud, sino simples actos de amor recíproco.