en el cual cada uno de nosotros somos una
de sus manifestaciones.
Pues si el Ser estuviera en el otro proceso, el de Contracción, todo se habría
reabsorbido en Él y no habría consciencias individuales como las nuestras
ahora.
De manera que en la Expansión, el Ser se
individualiza en lo que la religión llama La Trinidad.
Así que es muy importante
entender coherentemente la Trinidad, pues hasta el momento no lo hemos hecho.
Las tres personas que aparecen al ocurrir el proceso de la Manifestación, son:
- El Padre y Creador consciente. La Fuente del Poder y el Amor. Emerge creando de sí mismo, en las más bellas e inimaginables combinaciones de belleza y armonía.
- Del Padre emana El Hijo, que es el conjunto de observadores o consciencias individuales y que nosotros llamamos Humanidad. -Abarcando con éste término todas las civilizaciones y grupos que han habitado o pueden estar habitando la Tierra y otros planetas del Universo-. Es el conjunto de todos los seres y no puede entenderse como individuos separados. El maestro Jesús es nuestro avanzadisimo Hermano Mayor y a quien debemos imitar.
- El Espíritu o tercera persona de la Trinidad, es La Sustancia[1] que une al Padre y al Hijo, y que además contiene y rodea todo lo creado. Es el éter o espacio donde colapsan las observaciones del Observador (El Hijo), ocasionando cuanto sucede y aparece en la materia. En él se da la vida, la historia, las emociones; en síntesis, en él ocurre la experiencia del Hijo. Equivaldría al Campo Cuántico o Campo Unificado de los científicos, actuando como una sustancia elemental, consciente y omnipresente, que hace de pantalla para la película de la existencia. Es nuestro consejero y la parte más cercana a nuestra tercera dimensión, facilitàndonos la inspiracion y la comunicación con lo Eterno.
El Gráfico
No. 1 ilustra la idea de La Trinidad:
Vemos gráficamente que a partir del Ser inmanifestado,
que es la Totalidad en estado de contracción, existiendo en una plenitud silente,
ocurre a continuación el Pulso de Expansión generando la Manifestación.
En este segundo nivel de consciencia, Dios se manifiesta en la Trinidad;
o sea en tres aspectos diferentes, que no por eso dejan de ser Dios mismo.
Surgió entonces, en el principio de los tiempos, el Padre Creador, que como
máxima emanación[1] se
extiende en su Hijo Único.
El Hijo (conjunto de experimentadores) es una unidad que con su
Pensamiento crea la luz, el color y la Naturaleza en todo su esplendor y
diversidad.
Lo demás, lo que resta de la Totalidad, es el llamado Espíritu, que
todo lo contiene.
[1] Wallace Wattles. “
y que en su estado original impregna, penetra y llena los espacios del Universo"
