sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Cómo mirar a los verdugos del mundo?

Estamos muy molestos con la situación.

Sentimos que debemos levantarnos y casi que aprobaríamos la formación de un ejército de despiertos para la defensa física de la Humanidad...

Pero, volviendo atrás a las enseñanzas... ¿Es esa verdaderamente la ruta? Recordemos de nuevo no separar lo físico de lo espiritual como hacíamos en el Siglo XX . Ya sabemos que son una misma cosa.

¿Estará entonces, la "salvación de la humanidad" en manos de los que perdonen a todos, incluso a los verdugos?


UCDM LECCIÓN 351
Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía al dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.

¿Quién es mi hermano sino Tu santo Hijo? Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrante. Mas percibirme de esa manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. Puedo asimismo ver a mi hermano exento de pecado, y como Tu santo Hijo. Y si ésta es la alternativa por la que me decido, veo mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. Elige, pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.

Si esto es así, y seguimos juiciosamente Un Curso de Milagros, veríamos que perdonarlos es mucho más difícil que ir a matarlos.

¿Estará allí el salto a la Nueva Humanidad, -no dominada, vacunada y aturdida, sino dueña de lo que ve y lo que vive-?

¿Será esta, la fabulosa, pero casi imposible transformación que necesitamos y tanto hemos venido buscando?

¡No es fácil, pero tenemos el poder para lograrlo!

Empecemos visualizando un Mundo Nuevo en el que reina la fraternidad, la igualdad de oportunidades, la abundancia, lo natural.

Y nosotros, relajémonos un poco. 
Confiemos, pues somos los Hijos de Dios; y ¡que sea lo que Dios quiera! Somos eternos e infinitos. ¿Qué muerte podemos temer?