viernes, 19 de marzo de 2021

¡Cuidado! ¡Alguien controla totalmente nuestra comida!!!!!!!!!

Siempre se pregunta uno porqué ningún gobierno se preocupa por hacer de nuestro país autosufiente, teniendo un gran potencial agrícola.

Eso no se entiende desde el punto de vista del sentido común. A los campesinos se les hace difícil la vida. No se les abren caminos para sacar sus productos, ni se les protege de la voracidad de los créditos bancarios cuando el clima acaba con las cosechas. Se les hace comprar semillas importadas y se les obliga a usar productos químicos que dañan sus tierras, esterilizándolas finalmente.

Confieso que en un acto de rebeldía hacia las licitaciones y la consultoría a la que me he dedicado siempre, tuve una panadería!! Experiencia difícil y bastante rara... Y me preguntaba: ¿Por qué solamente se vende en Latinoamérica harína de trigo importada con aditivos cancerígenos como el bromato de potasio? ¿Será que ni el presidente de Colombia ni el de Ecuador saben este problema gigantesco que afecta a toda la población de sus paises, habituada a comer pan diariamente? Y qué paso con los hermosos trigales que cubrían las colinas cercanas a mi ciudad natal cuando era pequeña? ¿Por qué no se favorece la siembra de nuestro propio trigo, como antes?

Al respecto, coloco aqui a Daniel Estulin, un escritor e investigador ruso que habla un delicioso español (para nuestra fortuna), que lleva años denunciando la manipulación a la que hemos estado siendo sometidos, como Humanidad inconsciente, ingenua y crédula y que revela lo que pasa en realidad en esto de la agricultura y los alimentos en general.

Estulin ha publicado varios libros que denuncian el control de la economía por parte de la élite, cosa que muchos de nosotros ya sabemos. Sin embargo, el punto de la alimentación en manos de unas poquísimas corporaciones que nos venden desde el café con que nos desayunamos hasta lo que comen nuestros niños, es realmente increíble.


Por otra parte, la reglamentación de la Organización Mundial de Comercio, -a la que casi todos los países nos sentimos orgullosos de pertenecer, gracias a la propaganda y cortas explicaciones que al respecto nos han dado nuestros vendidos gobernantes-, coloca impedimentos para la soberanía alimentaria de una nación. Prohibe el apoyo a los campesinos y agricultores, lo mismo que el uso de semillas nativas originales, en pro de las que ellos distribuyen y que no sirven a la vez como nueva semilla. ¡Negocio redondo!