Tal vez, cuando El Todo dijo:
"Quiero conocerme mejor a Mí Mismo. Y lo haré mediante La Creación", no sucedió un violento proceso de exteriorización como pensamos (Big Bang de energía y materia), sino que en cambio, se realizó la interiorización de un Sueño en su sustancia propia, ¡Pues nada podía crearse fuera de lo que ya era Todo!
Lo hizo mediante el laberinto de los espejos en su propia mente. ¡Mediante el Sueño!
Recuerdo mi fascinación por los sueños. Los anotaba en la mañana en libretas de papel periódico que me confeccionaba mi hermano, como regalo de cumpleaños cada año.Luego supe del Sueño Lúcido; después del Arte de Ensoñar de Castañeda y finalmente, del Yoga de los Sueños del Budismo Tibetano. Mucho estudié y muchos ejercicios, más o menos exitosos, practiqué sin utilidad tangible.
Pero, me pregunto ahora, ¿Por qué yo sentía ese impulso obsesivo por entender los sueños?
La razón, ya la he mencionado en otras entradas: Estoy convencida de que se nos dio el sueño nocturno como una pista para entender nuestra Realidad de manera intuitiva y simple. Algo capté en mis momentos más lúcidos:
¡Yo no soy el Soñador!
Soy solamente un personaje en un sueño gigantesco y eterno, con cierta autonomía, cuando logro ser conciente de lo que sucede.
Nota: Cada protagonista y cada personaje extra son puntos de vista únicos y particulares dentro de este Sueño.
La metáfora del Sueño es como un arquetipo... un mito... que nos revela claramente nuestro origen y nuestro propósito. Sin necesidad de cálculos y lógicas. Sin necesidad de ser unos genios usando la razón y la deducción.
Como para poder entenderlo por simple aceptación intuitiva... como los místicos entienden sus cosas:
El símil del sueño es tan simple, y a la vez, tan coherente, que todas las elaboraciones racionales que nos han consumido esta existencia (hologramas, bigbanes, extraterrestres, manipulaciones, entre otros), encajan y son posibles -aunque, bajo esta luz, ya no tan importantes-.