Esta situación que voy a relatar, nos aplica a todos. Cada uno puede hacer el ejercicio, sentándose honestamente a pensar.
En una charla de estudiantes de lo profundo, alguien lanzó la pregunta: Me gustaría saber ¿Qué quieren ser ustedes en la próxima encarnación?
Surgieron, entonces, una serie de sueños no realizados, con deseos, propios de una competencia sobre quién sería el más grande la próxima vez.
- Ella, la amiga querida, dijo: "Yo quiero ser un gran médico. El mejor del mundo. Y no cobraría por sanar a la gente; ni le daría fármacos nocivos jamás."
- Su novio enunció: "Si me fuera dada la fortuna de elegir la próxima vida, sería un líder espiritual. El más sabio y generoso. Y ayudaría a toda la Humanidad, si me fuera posible".
- Yo dije: "Sería un gran escritor de temas trascendentales, que sirvieran a la Humanidad para despertar y reconocer su unidad con Dios".
Pero ante el silencio del más sabio de los amigos, se le insistió: "No has dicho nada. ¿Quien quieres ser tú en tu siguiente encarnación?"
Y el más sabio de los sabios, dijo:
"Sinceramente, no quisiera nuevas encarnaciones. Pero, si regresar fuera inevitable, sería el pececito menos vistoso de un arrecife de coral".
¡Todos quedamos callados!