viernes, 3 de junio de 2022

Supervivencia: ¿Confiados o Irresponsables?

¡Damos todo por sentado! Creemos que las cosas funcionan porque tienen que funcionar, y que el bienestar que gozamos es un derecho adquirido que nadie nos podría arrebatar. 

Hasta tenemos la casa automatizada para que prenda y apague electrodomésticos y luces de manera programada. ¡Internet de las cosas!  

¡QUÉ HUMANIDAD TAN "AVANZADA" PERO TAN DEPENDIENTE!


Es que la mayor parte de la gente en el cómodo mundo occidental, nació en viviendas con servicios públicos muy eficientes, de manera que ver salir el agua del grifo es algo natural y lógico. ¡Así es la ciudad!

Y ¿la energía? las luces se encienden todas las noches en toda la casa y el televisor grita sus mentiras sin problemas técnicos. La licuadora funciona y muchos, incluso, cocinan con electricidad.

Pero no siempre fue así... Mejor dicho, en la historia de la Humanidad, casi nunca ha sido así. Y no lo es en grandes extensiones del planeta.


De manera que hoy, en un mundo tan convulsionado, manipulado y extraño como el que estamos viviendo, donde nuestras libertades (movimiento, autonomía, salud) pueden ser alteradas por una élite de un plumazo, sin que tengamos capacidad de reacción, puede suceder que un día, una semana, un mes, o nunca más, haya Internet, por ejemplo. Eso afectaría nuestras finanzas y nuestros trabajos. ¡Claro!

Pero más grave aún, y ya tocando el tema de la supervivencia misma, ¿Qué pasaría, si durante una semana, un mes, por las circunstancias que fueran, justificadas o no, no contáramos con servicio de energía domiciliaria?


O ¿si la empresa de Acueducto de la gran metrópoli suspendiera su servicio una semana, un mes, por alguna razón (meteorito, asonada, terrorismo, dominación política)?

Es URGENTE entonces que miremos nuestro caso particular. 


Revisemos nuestra vivienda. Los servicios nunca fallan... pero, y si fallaran, ¿estoy preparado? o es que soy el bobito consentido e inútil, que ha vivido bajo la protección del estado (no siempre muy cuerdo ni bien intencionado).

No importan las circunstancias, buenas o malas: Debemos ser capaces de tener un plan B para cualquier emergencia o eventualidad. Debemos preparar nuestra vivienda para no pasarla tan mal en caso de que nuestra endeble civilización se enfrente a cualquier problema temporal.

Gracias a Dios, ¡tenemos la luz del Sol! de manera que nuestra oscuridad nunca sería eterna.

Y gracias a Dios, ¡tenemos la lluvia y los arroyos, incluso, las aguas subterráneas!

El mundo natural siempre nos protegió. Sin embargo, vivimos en un sistema demasiado artificial y además, no estamos preparados.

Ojo: ¡Que no seamos nosotros los despistados del edificio que, depronto, no pueden cocinar su comidita porque no hay luz!


O al contrario, si Rusia interrumpe el suministro de gas, pero mi estufa funcionaba con gas... y yo... no tenía un cilindrito de reserva, ni un reverbero eléctrico. 
¡Pilas!!!