sábado, 16 de octubre de 2010

Metodología del Despertar

No queriendo prolongar más la introducción, se presenta en forma de Guía Metodológica la recopilación de los mensajes de Clöd, no siempre ordenados cronológicamente, ni con el mismo sujeto, ni dirigidos desde el mismo género, -particularidades que separan en vez de unir- y que Clöd en su visión onírica ya había superado cuando escribió sus rimas.

En síntesis, la recomendación para el lector-buscador, extractada de la parte dedicada a la Metodología del Despertar, es la siguiente:

·       Lea cada mañana del año uno de las entradas al blog de Clöd, preferiblemente siguiendo la sucesión que el editor, con conocimiento de causa le ha asignado. No importa no entenderlo totalmente... hay partes que se deslizarán benéficamente a su inconsciente sin que lo note.

·        A continuación, siéntese en un sitio tranquilo y apacible, relaje su cuerpo y su mente y dedique una hora a afinar la conexión con el Supremo-Hacedor-de-cada-Sueño, comprendiendo que en un alto porcentaje, del éxito o el fracaso de esta comunicación, dependen directamente las próximas “escenas” de su día y de su vida. Si  vislumbra usted la importancia de este hecho, no negará la urgencia vital de su rápido aprendizaje y se dedicará a él como en su momento lo hizo Clöd.

La introspección propuesta aquí, -si le gusta llamarla así-, tiene arandelas y bifurcaciones que se van captando lentamente en la lectura de los textos; de manera que cada vez que los relea obtendrá algo nuevo, de acuerdo con su nivel y avance. Sin embargo, en líneas generales, la meditación de Clöd se divide en dos actividades simples y una tercera, no tan sencilla, pero posible también para la persona promedio de esta humanidad:

1.     La primera media hora, aproximadamente, -pues Clöd nunca fue fanático de la precisión, de reglas ni de actitudes forzadas-, usted se dedicará a pulir el canal que le comunica con el Durmiente. Esto se logra enfocando en él toda su atención, visualizándolo como una esfera amorosa de luz brillante que flota sobre su cabeza. Ningún otro pensamiento debe ocuparle, más que la certeza de que el Soñador está muy cerca y que entre los dos hay la unidad más íntima y total... (Para ejercitarse en esto último, recuerde qué tan íntimos y suyos son los personajes de los propios  sueños). 

2.     La segunda media hora, -más o menos- sabiéndose conectado, comuníquese emotivamente con el Durmiente en forma directa, programando, -sea en una dirección, ya sea en la opuesta-, la paz, el éxito, la salud, el amor; en síntesis, el bienestar que desea como resultado en esta vida suya y en la del Soñador, que obviamente en la de usted repercute. Haga esto enfocando decididamente el haz de luz de su mente, traducido en pensamientos concentrados, sin permitirse dispersiones ni ideas superficiales. Es probable que cuando haya logrado calmarse, aflore a sus labios una tenue sonrisa...
    Aproveche esta etapa para reconocer al Durmiente los momentos disfrutados gracias a lo que ha tenido la gentileza de soñar a su favor. En este tema, es probable que usted también perciba la plenitud del agradecimiento viniendo en dirección inversa.

3.     Como etapa culminante, pase (cuando se sienta suficientemente entrenado) a mantener la conexión con el Durmiente durante todo el día, teniéndolo presente de manera permanente, colaborando con él de manera activa en la Creación de cada nuevo sueño, permitiéndose solamente pensamientos optimistas, generosos, llenos de energía y con la absoluta y decidida confianza de su inmediata realización. Se sentirá exuberante y en control de su existencia, a la vez que asegurará el bienestar de cada ser sintiente que se cruce con usted ese día sobre la Tierra.  

Para finalizar, quiero anotar que la comprensión más avanzada la tuvo Clöd, -como la tendrá sin duda también usted, querido lector-, en momentos en que sus escritos expresan un gozo y un agradecimiento sin límite hacia quien le animaba. Sin embargo, se pueden recorrer las sucesivas etapas de su desarrollo interior, -como también paralelamente las seguirá usted cuando emprenda este duro pero a la postre  recompensado camino-, analizando la tónica de sus versos: sus quejas, sus promesas, sus demandas y exigencias, sus temporales reafirmaciones y sobre todo, su doliente y enamorado lenguaje hacia el Durmiente.

Dejo en sus manos esta compilación, para que aproveche sus detalles, no sin advertirle que toda la información que usted necesita para despertar, le ha sido ya dada en estas páginas preliminares.


El editor.

San Francisco de Quito, Marzo del 2006