La única posibilidad de escapar de ese algo indefinido que llamamos "pensamiento", es estar en el presente. Ya lo hemos discutido otras veces. Lo sabemos, al menos teóricamente.
Pero lo que quiero desarrollar aquí hoy es la situación inversa, que me ha representado un interesantísimo descubrimiento: Los pensamientos no tienen ninguna realidad. Son reflejos en el pasado y espejismos en el futuro; nada más. ¡PERO EN EL PRESENTE NO EXISTEN!!
Y el Presente es lo más cercano a la Verdad que tenemos.
Y el Presente es lo más cercano a la Verdad que tenemos.
Eso es lo que sucede en la meditación, si está bien hecha: Si nos parqueamos en el presente, los pensamientos desaparecen. ¿Por qué? Porque los pensamientos son una suerte de reflejo que ocurre solamente al desviarnos de nuestro Centro, al mirar hacia atrás o hacia adelante, en esa ilusión vana que es la línea del Tiempo.
Buscando meditar de la mejor forma, el método infalible es mantenerse en el Presente (base fundamental del Zen). Fácil: Soy consciente de mí mismo, de mi cuerpo relajado y de mi respiración. Y es seguro que mientras mi mente siga la entrada y la salida del aire por mis fosas nasales, los molestos pensamientos se mantendrán alejados. Hasta que en algún descuido, alguno de ellos -mis obligaciones pendientes, por ejemplo- se abalance sobre mí, acabando con mi meditación y arrastrándome a pensar en el banco y en las cuentas por cobrar. Y vuelta a empezar... Porque no es fácil estar en el presente... siempre estamos divagando...
Lo anterior es un hecho demostrado.
Entonces, el experimento para hoy es: Tratemos de no admitir en la mente ningún pensamiento relacionado con el pasado ni con el futuro. Tratemos de admitir solamente en lo concerniente al momento presente.
¿Qué sucede????? Mejor que lo experimentes por tí mismo.
La gran sorpresa, el gran descubrimiento al hacer el ejercicio, es que
En el presente solamente hay conciencia. Por ejemplo, podremos saber que lo que estamos comiendo en este momento, está delicioso... Pero no habrá pensamientos alrededor de ello. ¡No podemos pensar! No hay motivo. No encontramos tema. No existe nada que los genere. Quedamos como en un estado intermedio, flotando... ¡En Paz!
¡¡EN EL PRESENTE NO SE PUEDE PENSAR!!!
En el presente solamente hay conciencia. Por ejemplo, podremos saber que lo que estamos comiendo en este momento, está delicioso... Pero no habrá pensamientos alrededor de ello. ¡No podemos pensar! No hay motivo. No encontramos tema. No existe nada que los genere. Quedamos como en un estado intermedio, flotando... ¡En Paz!
O sea, que sucede lo que pregonaban los maestros budistas:
En el Presente no se piensa, lo que demuestra que el pensamiento es una ilusión generada por esa otra mentira, que es el Tiempo.
Y tal vez con la práctica, -como los monjes Zen-, al acostumbrarnos a estar en el momento presente y por consiguiente dejar de pensar, empecemos a actuar espontáneamente, de manera automática... Sin actuar premeditadamente, sin juzgar y sin equivocarnos jamás.
El guerrero invencible, inmóvil, pleno de posibilidades.
El guerrero invencible, inmóvil, pleno de posibilidades.
Porque estaremos sencillamente, conectados con el SER. ¡Concientes!
¡Seremos Uno con el Todo!
¡Iluminados y liberados!
Seguiremos en el mundo, ¡Pero ya no seremos de este mundo!