Para esta meditación, que lleva a sentirse realmente bien, sentarse normalmente en un sitio tranquilo. Percibir la presencia de nuestro Yo Superior sobre nuestra cabeza. Sentir su amor, pues somos una parte
importante de él.
Cuando nos decidimos a establecer la comunicación, él
comienza a revitalizarnos enviándonos su energía, que podemos percibir
con todos nuestros sentidos terrenales.
Dicha energía esta compuesta de cuerdas musicales de colores, de una textura suave y reconfortante, que caen como lluvia sobre nuestra piel y se comienza a filtrar por nuestra coronilla buscando resolver problemas internos...
El delicioso olor nos inunda mientras disfrutamos la lluvia de
arco iris.
Su contacto con cada parte del cuerpo es placentero y corrige enfermedades y fallas.
La
lluvia sigue y se forma un hondo pozo bajo nosotros. Comprendemos que
estamos bajo una hermosa cascada musical que nos armoníza y alimenta. Nos
sentimos cada vez más felices y libres. Sin miedos. Solamente placer,
amor y energía que nos pertenece, pues viene de nuestra propia fuente.
El pozo a nuestro alrededor se sigue sigue llenando de manera que nos soltamos a flotar en él.
El cuerpo está vital y nosotros felices en la presencia divina sabiendo que estamos siempre conectados con ella. ¡No estamos solos! NUNCA nos abandona. Nos necesita también para ser sus ojos... Sus sensores. Sus exploradores. Le damos gracias, vencidos de felicidad.
Nos lanzamos a nadar y notamos que podemos bucear sin cansancio ni asfixia.
El pozo a nuestro alrededor se sigue sigue llenando de manera que nos soltamos a flotar en él.
El cuerpo está vital y nosotros felices en la presencia divina sabiendo que estamos siempre conectados con ella. ¡No estamos solos! NUNCA nos abandona. Nos necesita también para ser sus ojos... Sus sensores. Sus exploradores. Le damos gracias, vencidos de felicidad.
Nos lanzamos a nadar y notamos que podemos bucear sin cansancio ni asfixia.
Saltamos como delfines rosados en el Caño Cristales....
Salpicamos como ballenas.
Jugamos como focas y
pingüinos.
Somos todos los seres a la vez y eso nos hace sentir plenos. ¡Sin límites!
Flotamos y nos quedamos quietos sobre el agua tornasol. ¡Felices!
La
cascada de energía sigue cayendo, generando su reconfortante sonido.
La
armoniosa música baila visiblemente a nuestro alrededor.
Nuestros huesos
están más fuertes...
Nuestros órganos también sonríen...
Lo disfrutamos.
Pronto estamos listos para regresar al mundo sólido de los afanes....
-No es fácil decidir salir del tibio y fresco estanque de colores....-
