domingo, 11 de octubre de 2015

Más del Ojo Que Todo Lo Ve

Ahaja!!
Nada qué lamentar... el Creador se asoma en todo y en cada uno de nosotros.
Su Presencia es el Gozo y la Conciencia. Así, salta de una dimensión a otra. ¡Es es su Existencia!
De manera que nosotros, sus chispas, venimos a lo mismo: ¡Al gozo y a la Conciencia!

No se espera que nadie sufra. Todo debe fluir alegremente...
Lo que vemos es a Él paseandose por este mundo.. y luego por otro y por otro, y otro más.

La omniciencia y la omnisapiencia son obvias ante tanta mirada. Ellas armoniosamente observan los colores, las energía y los amores. La dicha. Hasta ahí debería ser.

Él es el Observador mayor y a la vez nosotros somos pequeños observadores, que cuando somos concientes, nos mantenemos gozosos también. No hay que sufrir. Si sabemos quienes somos, ya no pondremos barreras a la energía ni a nuestros semejantes. Todo será armonía y belleza.

La Humanidad. Un conjunto de micro-testigos del Gran Uno. El Supremo Observador, ¡Disfrutando!
Disfrutemos pues. Esa es nuestra existencia eterna: esa es nuestra escencia.
No hay más destino ni más conquista. Como en el Zen: Nada qué obtener, nada qué lograr.

 Concientes de nuestra dicha y nuestra divinidad. Ese es nuestro objeto, auto elegido por nosotros mismos, todos los Santos del Cielo.

Perdón y cuenta nueva. Posicionémonos en nuestro papel divino con alegría y este mundo empezará a cambiar para nuestro bienestar.  ¡Juntos en permnente y comburente unión!