Científicos y profetas coinciden en el
Big Bang o algo similar, como nuestro origen.
El sonido del
OM que se expande desde un centro auto-conciente y que es su prolongación musical, crea todo un Universo en su recorrido de espacio y tiempo, parámetros creados como consecuencia de ése "Suspiro Cósmico".
Y ¡Ahí estamos nosotros! Experimentando vivencias en nuestra fracción de conciencia, dentro del rango infinito de posibilidades que da la frecuencia OM.
Porque si hubiese sido otra la Palabra, otras hubiesen sido las características de nuestro Universo. Como dice
Bryan Greene: "Nuestro Universo corresponde a la sintonía exacta de un centenar de variables. Una sola de las cuales, al ser modificada, produciría un Universo completamente diferente, en el que a lo mejor no se daría la vida como la conocemos.
¡Nosotros! En esa explosión instantánea contra la cual generalmente nos resistimos. Brillantes nota musicales que no se quieren acomodar en el pentagrama, ¡Sino dar su propio concierto ignorante!
En consecuencia, la aplicación práctica para pasar este lapso de la mejor forma... En la forma más agradable y divertida -como corresponde al motivo de esa aventura imaginada por el Infinito al que pertenecemos-, sería alinearse en armonía con esa expansión.
En todos los ámbitos de nuestra existencia.
Por ejemplo, y continuando con el tema del sonido, nuestra forma de hablar. Nuestra conversación habitual.
Descubro que hay conversaciones o frases "Expansivas" así como frases "Compresivas" que son aquellas que deberíamos evitar, porque van en contra de nuestra naturaleza esencial: El Big Bang. La expansión.
Esas frases compresivas son todas las relacionadas con enfermedades, dolencias y chismes, que literalmente comprimen el aura y llegan a enfermar el cuerpo, especialmente el estómago, ¡Pobre viscera! que tiene que aguantar los noticieros espeluznantes que nos envían a diario por televisión.
Frases compresivas también son las pesimistas que desbaratan de un tajo nuestras incipientes visualizaciones positivas, dejándonos el corazón literalmente encogido.
Incluyo también aquí las palabras groseras, que contienen una carga compresiva tremenda, por haber sido diseñadas para ofender.
Resumiendo entonces, alineémonos con la expansión en todos los aspectos de la vida: Una conversación, una opinión, que siempre permitan el crecimiento, a realización, tanto del tema como del interlocutor.
Una visión tambien expansiva, que vea a lo lejos y no se empantane con los detalles incómodos.
Mejor aún, que se embelese con el paisaje, de manera que no note siquiera algún defecto que tenga el suelo.
Expansión en nuestro trato, aún con desconocidos, que se logra fácilmente con el mejor instrumento con que contamos para la comunicación: La expansión de la boca... ¡La sonrisa!
También usar la expansión en nuestros brazos: ¡El abrazo! que tanto bien puede hacer, dado en las circunstancias oportunas y que nos guardamos como si se fuera a gastar con el uso.
La generosidad.. El dar, dar y dar es la expansión de nuestra abundancia, que en contra de nuestros limitados pronósticos, aumenta al darse, en lugar de disminuir.
Y finalmente, entre otros muchos posibles ejemplos, está el mejor acto de expansión: El Enseñar.
Dar nuestros conocimientos en la forma que sea. ¡Eso es darse uno mismo!
Nuevamente: Otra faceta del Plan de Diversión Divino...
¡El Plan de Dios!
¡Nuestro Plan inconciente!