domingo, 23 de julio de 2017

¡Qué poco sabemos de nuestro pasado!

¡Qué poco sabemos de nuestro pasado!

La Humanidad  discurre por el infinito túnel del tiempo sin conocer la mayor parte de los acontecimientos previos.

En cierta forma no nos diferenciamos tanto del hombre de las cavernas, durante un largo invierno, en su cueva protectora, con una antorcha tratando de dejar su testimonio impreso en la roca... Nosotros hacemos libros de Historia y tenemos medios de comunicación que guardan celosamente en sus archivos lo que aparentemente sucedió.

Pero no somos ajenos a la manipulación de los hechos ni a que se forcen los acontecimientos a lo que un gobernante o un grupo hubiera querido que sucediera. Y así, con mentira sobre mentira, se forja la historia... Ya inventamos tantas cosas, que ni siquiera sabemos qué fue lo que pasó.

¡Bien! Eso es ahora... Pero volvamos a nuestras remotas raices: ¿Qué tenemos para sondear el llamado "pasado"? Algunos poemas, algunos escritos, símbolos, leyendas... Mas somos  soberbios nuevamente, y lo que no se ajusta a nuestro pensamiento actual, ¡No lo aceptamos!

Las tradiciones de muchos pueblos están salpicadas de seres fabulosos que volaban, como los dragones en oriente... 

Y muy abundantes también son en muchos documentos serios, -empezando por la Biblia-, las alusiones a seres que llegaban en vehículos de fuego periodicamente. No era raro que el Dios judío se apareciera de manera inesperada y aterradora a los caudillos del pueblo de Israel. 
Y a veces les pedía cosas materiales (sacrificios), que incluían comida deliciosa (100 cabritos asados en cierto punto y ahumados con madera de cierto árbol especial).  
O los mandaba a la guerra contra pueblos que no habían querido someterse a sus deseos.

La India también tiene sus leyendas.. Gilgamesh, ¡Hijo de una diosa y un sacerdote! (?), lo mismo que toda la mitología griega, colmada de dioses y héroes (hijos de dios y humano), cada cual con su personalidad muy definida, y todos caracterizados por defectos y emociones reales y ¡Nada santas!

Es oscuro nuestro pasado... ¿Eran seres venidos de otros mundos a controlarnos, explotarnos o tal vez a ayudarnos?

En Colombia, para no ir tan lejos, Bochica, Bachué y todos los sabios que aparecieron ante comunidades casi paleolíticas, les enseñaron y luego desaparecieron, ¿Quienes eran?

Un misterio... Tal vez somos una mezcla de razas del espacio exterior, programadas por un Padre o Científico amoroso, o tal vez producto de la casualidad, las guerras y el intento de dominación del planeta.

Pero, ¿Y las culturas avanzadísimas que nos precedieron y no nos legaron más que mudas estatuas de piedra o ciudades perdidas, o leyendas lejanas e incompletas... ¡Ininteligibles! 
¿Los atlantes? ¿Por qué se fueron y nos dejaron nuevamente en las cavernas, casi? 
¿Y los lemures? 
¿Y los druidas?


¿Se dan cuenta de que no sabemos nada???????

Ahora también hay quien habla con mucha propiedad sobre vida intraterrena. Con civilizaciones avanzadas que usan el interior de nuestra corteza terrestre como hábitat y no les interesa comunicarse con nuestra primitiva y salvaje civilización, que no tiene nada en su mente más que la competencia, el ego y el dinero...

¿Qué paso?
¿Por qué nos dejaron caer tan bajo?