Esta es tal vez la más importante regla de comportamiento en una civilización que quiere ascender a una frecuencia más alta en el Universo:
¡No atacar a otro nunca!
Nunca agredas a nadie por ningún motivo.
Ni física, ni psicológica, ni verbalmente.
¡No te traerá nada bueno!
Solemos buscar una buena disculpa para justificar nuestra forma de actuar cuando nos salimos de casillas. Y esto sucede tanto a nivel personal como a nivel de sociedad. Una muestra de esto último son los muertos, heridos y destrozos resultantes de los enfrentamientos actuales en Latinoamérica.
El hecho es que si dejamos al ego comandando nuestra vida, reaccionará con facilidad agrediendo al otro, cuando tenga miedo o se sienta atacado, sea este ataque "real" o supuesto. (Verdaderamente nunca es real).
Seamos concientes a tiempo de nuestros impulsos, para podernos controlar.
¡Atacar a otro es atacarse a sí mismo!
Además, nos sentiremos muy mal... No hay ninguna victoria allí.
Veamos a David Hoffmeister explicando que nuestra reacción no sucede hacia una agresión real en el mundo externo, sino que la supuesta agresión es una proyección de nuestros propios temores:
¡Atacar a otro es atacarse a sí mismo!
Además, nos sentiremos muy mal... No hay ninguna victoria allí.
Veamos a David Hoffmeister explicando que nuestra reacción no sucede hacia una agresión real en el mundo externo, sino que la supuesta agresión es una proyección de nuestros propios temores:
¡La única solución para evitar la violencia está en la mente!