domingo, 21 de febrero de 2021

¿Cuál es la verdadera historia de nuestra Raza?

Nos intriga ese pasado velado, -que nos dicen que tiene solamente unos cientos de años-, pero que nos desconcierta observando monumentos antiguos en piedra de exquisita estética, y tecnología constructiva, incluso superior a la moderna.  


Ante ese inmenso vacío de información, tomamos nuestra guía turística, cerramos los ojos y nos subimos al bus del tour que nos llevará a un delicioso restaurante donde morirán entre salsas todas nuestras inquietudes. Ouchh!!

Sin embargo, ¡Es abrumadora la evidencia de civilizaciones que nos precedieron!

De pequeña pensaba: Si un día los gobiernos lanzaran la bomba atómica y solamente unos pocos sobreviviéramos en cuevas, ¿Cómo comenzaríamos de nuevo? ¿Desde cero? -Me estremecía al pensar en esa pérdida de conocimiento y en el largo camino que nos esperaría-. ¡Sin libros! Eso era para mí lo peor del panorama: ¡Sin información!

Pues parece que eso es lo que sucedió, no una, sino varias veces en el planeta que habitamos.

La narrativa oficial menciona "grandes cataclismos del pasado"... Pero no. ¡Fueron guerras, ataques, invasiones! 

Batallas que mencionan escritos en sánscrito muy antiguos como el Mahabharata (donde se habla del uso de un arma cargada con la luz de mil soles que se lanzó y ocasionó destrucción total); el Ramayana (en el que la lucha entre el bien y el mal es un combate eterno), entre otros. Poemas épicos que dan origen a las leyendas sobre carros de fuego, alfombras voladoras, dragones llameantes, pájaros metálicos, entre otros muchos.


La verdad parece ser que la Tierra ha sido ocupada y saqueada en sus riquezas minerales desde tiempos inmemoriales por distintas razas provenientes de otros astros, por distintas razones. Incluso, por la necesidad de hallar un nuevo planeta para habitar, por haber destruido el propio en su avidez.

Entonces, aparte de que planteamos aquí la urgencia de investigar fuentes fidedignas (no oficiales) que  interpreten CON SENTIDO COMÚN los monumentos del pasado, nos queda ahora otra pregunta importantísima a cuya respuesta tenemos derecho:

¿Quienes somos, -genéticamente hablando-, la raza que ocupa hoy a Gaia?

Pues, si aún nos queda algo de sentido común, ¡Somos probablemente una mezcla de todo ese turbulento pasado!

¡Ahí cae una luz para entender nuestro problema actual!

Aunque venimos de muchas mezclas y experimentos genéticos, básicamente en la Tierra ahora hay 2 razas: 

  1. Los Poderosos, que tuvieron en el pasado el conocimiento y cuyos descendientes aún lo tienen y,
  2. El Rebaño, conformado por unos seres un poco más sencillos, confiados, obtusos y apegados al bienestar.
Pero el asunto no es tan blanco y negro. 

Entre los poderosos tratan de mantener su genética con el mínimo cruce posible. Se la menciona como sangre azul... ¿Nos es familiar este término? ¿Desde cuándo un humano tiene sangre que no sea roja? ¿De dónde viene esa idea? 
¡Cuándo el río suena, piedras lleva!

Sin embargo, al igual que en la mitología griega en la que los dioses tenían sus deslices con humanas, naciendo así una categoría intermedia, a la que llamaban los Titanes, lo mismo ha pasado aquí: 
Hay una escala con más o menos porcentaje de sangre poderosa. Y entre más sangre poderosa se tenga, más tendencia habrá a abusar del prójimo, a explotar a los empleados, a dominar a los débiles y en el extremo, a maltratar a mujeres y niños.

A lo largo de la Historia, en el Rebaño, -dócil por maniobras genéticas, entre ellas el apagón de muchos genes a los que torpemente llamamos "genes basura"-, la costumbre fue obedecer a este grupo que, según el caso, asumía el poder a la fuerza o por medio de sacerdotes y mitos, o a través de mentiras vendidas a un populacho tan sugestionable.
  
En consecuencia de lo dicho, tampoco la raza del vulgo es pura. 

Los deslices sentimentales y las infidelidades, -como sabemos- suceden con mucha frecuencia, por lo que en el pueblo terrícola también hay personajes que aquí llamaremos "híbridos", derivados de muchos cruces no consentidos entre descendientes de titanes y terrícolas, dentro de una escalera de mayor o menor pureza de raza.

Y me perdonan: Hablando de híbridos, tengo que decirles que nosotros, los que estamos despertando, probablemente no somos de la raza nativa terrícola pura. 
Precisamente, somos un poco más pensantes (¿más osados? ¿más inconformes? ¿más inquietos?) por lo que somos capaces de admitir otras posibilidades distintas al relato oficial y no aceptamos dejarnos apabullar con dogmas ni infiernos. 

Entonces, por si acaso, es bueno revisar nuestro árbol genealógico... Por ahí puede haber un atajo hacia familias "especiales".


Así que nosotros, los que compartimos estas teorías inusuales de pensamiento, algo debemos tener  de esos Ángeles caídos del Cielo, esos Ángeles Negros, los Poderosos dominantes a lo largo de la Historia, que se caracterizan por no ser tan empáticos ni tan sensibles como los terrícolas... 
Mmm.. Mirando hacia atrás, a veces en nuestra vida hemos sido duros y hasta insensibles.. ¿No? Probablemente hemos querido dominar lo que teníamos a nuestro alcance (empresas, política, negocio); dominar a esos delicados y sensibles mortales. 

A esos mortales amables que aunque en este momento les dijéramos lo que está pasando se negarían a considerarlo siquiera, por su naturaleza sumisa y crédula.

Esa es la razón por la que nos queda muy difícil transmitir esta información a la comunidad en general. 
Por eso, a veces nos sentimos hablando solos. Nos ven como locos... Porque ellos son crédulos por genética y también porque el adoctrinamiento ha sido muy intenso por generaciones.

Así que, precisamente porque tenemos algo de la sangre de la raza invasora,
podemos aspirar a enfrentarnos a ellos
y ¡Rechazar su dominio!