¿Cuál será la salida? Humanidad abrumada por la manipulación y la mentira permanente.
Hay una: No vamos a seguir el juego de los globalistas.
Somos seres humanos concientes que podemos decidir por nosotros mismos qué conviene a nuestra salud, a nuestro conocimiento y a nuestra sociedad. ¡Hagamos el esfuerzo inicial de plantarnos en esa posición! Puede ser muy difícil al principio, especialmente porque quienes nos rodean, incluso familiares se convierten fácilmente en "agentes enemigos"... ¡en el Señor Smith! Pero si lo practicamos, pronto asumiremos esta actitud como lo natural que es.
Nos molesta ser diferentes y es más cómodo seguir al rebaño. ¡Pero no! Ya no más.
Solamente se trata de recuperar nuestra humanidad. Lo humano que había de nosotros en nuestra infancia, y deshacernos de todo el automatismo que hasta el momento ha conducido nuestra vida.
Controlada, engañada, manipulada: ¡Por eso, la vida sonaba tan absurda!
¡Cuántos poetas desmoralizados, cuántos filósofos descorazonados, cuántos deprimidos, cuántos suicidas!
¡Digamos adiós al mundo viejo! No nos sirve más ¡Era tan absurdo!
Ahora se ve todo claro: Ahora todo empata y la lógica explica la historia reciente.
Todo estaba programado y en ese programa nosotros encajábamos perfectamente porque habíamos aceptado todas las premisas: Eramos menos que gusanos luchando por la superviencia en un gallinero hostil, persiguiendo ideales inalcanzables, aprendiendo a defender verdades incoherentes, guiándonos por dogmas absurdos, basando nuestras relaciones en la supervencia del más fuerte...
¡Asustados siempre por la inminencia de la pérdida! ¡Zombies! ¡Muertos en vida! Aceptando la teoría económica de la escasez. Adorando modelos inversos. ¡Todo lo ilógico era posible, porque nos lo habían inculcado así!
Las elecciones siempre eran falseadas. La democracia era una palabra romántica para contentarnos ante la injusticia rampante. Trabajábamos para pagar los impuestos que SIEMPRE un político descarado se robaba impunemente. Hasta que toda la riqueza se acumuló en una docena de familias en la sombra...
¡Enfermos crónicos! ¿Cómo no nos enloquecimos?
¿Ya entendemos por qué el malo siempre triunfaba e incluso recientemente era el modelo de agudeza mental, ingenio y buena vida?
Pues vamos ahora a cambiar de actitud.
Sin preocuparnos por el qué dirá el Señor Smith.
¡Él siempre nos ridiculizará! Es su trabajo.