Sin embargo, es cierto que somos un manojo de ondas dentro de una sopa envolvente de vibraciones sintonizadas por las variables carácterísticas de nuestro holograma particular. Si eso lo podemos entender, comprenderemos que las frecuencias nos afectan directamente y con gran intensidad. Es un hecho que a ningún niño le gusta el ruido... será instintivo tapar sus oidos ante él.
El hecho es que la música que presentan los medios y que fomenta la propaganda y los premios a lo largo del último siglo, ha venido degenerándose o al menos regresando a lo primitivo, siendo más rítmica y monótona. para no hablar de la lírica.
De una sonata de Mozart en 432 Hz a algun hit de moda, hay una brecha gigantesca que se relaciona más con el ritmo, la complejidad de sonidos, su armonía y especialmente, con el chakra hacia el que se dirige. Si a lo moderno, como sucede, se le adiciona mucha percusión, efectivamente la gente estará vibrando en los chakras más bajos. Este hecho confirma lo que se ve en nuevas generaciones: Hay una mayor agresividad en los jóvenes y a la vez, más incertidumbre, desesperanza e impulsos suicidas. ¡La música cambió! Y lo relato en otra entrada de este blog desde otra perspectiva en ¿Cuándo perdimos el Oído?
Todos hemos experimentado seguramente el efecto benéfico de una canción de cuna sobre el bebé que llora, y también, como adultos, el efecto calmante que una música suave o una canción positiva puede ejercer para sacarnos de un momento depresivo.
Y es que todo en nosotros vibra. Nuestras células sienten lo que pasa en el ambiente exterior... Y ante todo, nuestro cerebro, con sus emociones, estimula la producción de químicos que tienen efectos visibles sobre nuestro estado y al final, sobre nuestra salud.
Es muy diciente la definición de "humano" por David Icke en "No seremos silenciados": "Un humano es una forma de procesar información". Así que las frecuencias que se fomentan actualmente en la música más popular, inducen a la persona a sentirse separada, sin propósito y sin valor.
Y si quieren aprender más de un experto en sonido, Ramón Freire, aquí hay una entrevista amena pero un poco largo: Música, emociones, neurociencia.