Gregg Braden en su libro La Curación Espontánea de las Creencias habla de una serie de científicos que afirman que estamos dentro de un sistema informático "arcaico", que se echó a andar hace muchísimo tiempo, pero que sigue exactamente las mismas reglas que un computador actual.
Sobre esta base, sintetiza mucha de la información que hemos conocido y comentado en otras entradas de este blog, haciendo un paralelo con el ambiente de un computador, así:
- Como Humanidad, estamos dentro de un computador gigantesco que abarca todo el Universo.
- Increíblemente, todo apunta a que nosotros mismos somos los creadores de la experiencia virtual.
- Cada uno de nosotros utiliza a su antojo diversos programas para obtener distintos resultados en su vida, manipulando el computador.
- Los programas que determinan la salida de datos son las CREENCIAS de cada uno.
- Quienes usan programas/creencias negativas obtienen resultados que les desagradan en el tema que atañe a la creencia utilizada.
- Y quienes le apuestan a los programas/creencias positivas, ven resultados agradables en el tema correspondiente.
El hecho de que nosotros mismos hubiésemos decidido crear la experiencia virtual, saca de escena a Dios, que estaría mucho más allá de las nimiedades de la vida común en el holograma, tal como enseña Un Curso de Milagros.
Nuestra intención original obedecería a una de dos posibilidades:
- Simple deseo de jugar para obtener multitud de experiencias, o
- Necesidad de entrenamiento para un futuro ambiente real, en el cual, cometer errores, podría llegar a ser muy grave. Cosa que no sucede en un ambiente virtual, donde nada tiene consecuencias reales.
En todo caso, el ser humano tiene el potencial de escoger los programas que más le convenzan para crear la realidad que experimenta.
No obstante, en su ignorancia, desconoce la existencia de los programas que tiene almacenados inconcientemente y que le causan problemas. Son programas sembrados por el miedo de los padres, por la negatividad de algún profesor, por el pesimismo de algún amigo... y más frecuentemente por la malintencionada publicidad en los medios.
La revisión necesaria para inactivarlos, o para colocarles un "parche" corrector, es entonces partir en retrospectiva, haciendo una lista de las cosas que no nos gustan en la realidad que estamos viviendo... y tratar de encontrar a qué creencia obedecen.
No es fácil...
Pero la buena noticia es que somos el mismísimo programador.
Ya, si nos da pereza asumir nuestro rol, no debemos quejarnos de lo que vemos en el mundo.