sábado, 26 de febrero de 2022

¿Qué tipo de alumno eres tú? ¿El Existencialista?

Pensando hoy en el viejo movimiento existencialista, me apareció un símil útil para analizar nuestra situación desde una óptica diferente a la usual. No sé qué pensar del resultado, pero como toda introspección, no es útil en nuestro despertar:

El escenario es una escuela del siglo XIX.

Todos niños son ingresados al internado al nacer y pasan allí, una dada cantidad de años. No saben la razón de estar allí. No saben de dónde vienen ni quiénes son. Nadie les da ninguna información. Solamente se les pide que obedezcan.

Tampoco entienden, -si se ponen a analizarlo-, por qué deben dedicar la totalidad de su tiempo al estudio de ciertas asignaturas, cuya correspondencia con la realidad no ven en su encierro.


Es así, que se van delineando diversos tipos de alumno a lo largo del avance de los cursos, de acuerdo con su actitud ante su "realidad".

Ahí es donde aparece, por ejemplo el EXISTENCIALISTA, que se parece un poco a nosotros. No está conforme con su incierto estado, ni con ser uno más, dentro un rebaño de estudiantes, ni con ser una especie de prisionero, ni con obedecer reglas que se le antojan absurdas. Si no fuera porque existe la clase de Religión, en la que le ofrecen una lejana e hipotética existencia futura, con premios a sus sacrificios y obediencia, se suicidaría.


Por otra parte, está su opuesto: el NERD. Se dedica al estudio toda la semana, no con alegría, pero sí aceptando su función en el sitio donde está. Obtiene las mejores notas, lee lo que le piden leer, escribe lo que le piden escribir, y en los tiempos libres, hace lo que le sugieren hacer para recrearse. Asiste a la misma película de Chaplin todos los domingos, va a misa y pertenece al coro.


Por su parte, en la cabeza del existencialista no puede caber la aceptación de una vida en la cual, se le despierta abruptamente, se le hace bañar con agua casi fría sin demorarse, se le obliga a vestir el mismo feo uniforme de los demás, le cortan el pelo que le gustaría usar largo, y lo colocan en fila en el frío del patio a darle las instrucciones del día. Estas instrucciones se limitan a repartir las horas de su existencia entre una serie de asignaturas  a las cuales no les ve utilidad práctica. Una tras otra, sin piedad: termina Química y empiezan Matemáticas. Y así hora tras hora ¡En enloquedecora rutina absurda!

Las asignaturas están desconectadas entre sí y aparentemente no sirven para nada práctico. La mayoría de ellas no le gustan. Además, cuestiona su veracidad y no confía en los profesores. Sospecha que es víctima de una confabulación y sueña permanentemente con escapar, aunque esto, físicamente es imposible.

A la hora de Educación Física protesta, porque no quiere hacer ejercicio en un mundo donde los músculos no se requieren para nada. Rechaza la clase de Historia llamándola un "cuento no verificable" y no cree en la Geografía, pues en su entorno no hay nada parecido a las tales "montañas", "ríos" ni "volcanes".

El caso es que la pasa bastante mal y hace lo poco que hace, a regañadientes y mediocremente.

Otro tipo de alumno es uno, de los que no hay muchos: Es el hijo del Rey, que debe ser sometido al mismo entrenamiento que todos los demás niños del reino. El monarca confía en que la sangre real, sus genes y el gran destino de heredero salgan a flote, a pesar de no habersele instruido acerca de quién es.

Este chico, el delfin es, efectivamente más conciente que los demás. Esa es su única y sutil diferencia.

Sí se pregunta, como los existencialistas, por qué está en esa situación tan absurda, donde todos desperdician su vida en actividades sin sentido; pero la diferencia es que él es un poco más conciente y tan inteligente como para constituirse en un OBSERVADOR y esa actividad le da algún interés a su paso por el oscuro internado.

Aprende sin oponerse a lo que le enseñan, pensando que tal vez un día podrá aplicarlo, y analiza el comportamiento y emociones de sus congéneres, lo que le permite despertar. Unos son llorones, otros son verdaderos delincuentes, otros son santurrones, otros miedosos, otros son sagaces... 

Se hace un experto en la naturaleza humana, porque también mira las personalidades directivas; cómo actúan si son desobedecidos; cómo castigan, cómo premian, cómo obligan. Observa cómo es que los profesores adquieren preferencias por algunos individuos y en cambio, no dudan en calificar injustamente a los que no les gustan. ¡Muy interesante, le parece todo este entramado al hijo del rey!

Sin dejarse deprimir, aprovecha la situación para fortalecer su voluntad, para poner a prueba su memoria de manera divertida y en ayudar a sobrellevar la escuela a los compañeros que se sienten desgraciados o van mal en sus materias.

Y depronto, un día, de manera sorpresiva, anuncian en el colegio que se llevará a cabo LA GRADUACIÓN. Todos son llevados muy limpios y con bellas ropas a un engalanado salón, donde con regalos y abrazos, aparecen los padres, felices de verlos y de poderlos llevar ya a su cálido y cómodo hogar en el mundo real.


En ese momento, el hijo del Rey se entera de su futuro y se evidencia que está verdaderamente preparado para él. 

Adquirió criterio, es un ser pensante y analítico y además, obtuvo algunos conocimientos necesarios en algunos temas que le serán útiles para gobernar. Además, sabe del alma humana y las relaciones entre la gente. Este muchacho rápidamente se instala en el trono y es coronado entre cariñosos consejos y expresiones de amor de su padre. 

Él asume inmediatamente su identidad y se dedica a ingeniar y diseñar, gracias a algunas cosas aprendidas, estrategias para el bienestar de sus súbditos, sin descuidar la grandeza y soberanía del reino. 


Cada tanto tiempo recorre su hermoso reino, admira la rica Naturaleza que lo caracteriza, escribe sobre ella y llega a ser un sabio soberano, feliz con su destino.

Los otros tipos de estudiante, sorprendidos al reunirse con sus padres, salen también al mundo real. Su vida será también acorde con su preparación.

Y cada uno de nosotros... ¿Qué tipo de estudiante somos?

Estaremos cerca de despertar, ¿o no?