domingo, 31 de mayo de 2015

El Mediador entre Dos Mundos

En la quietud mental y física, cuando la actitud es mero recogimiento, el Mensajero de lo Eterno puede presentarse. Aquel que es Voz-que-habla-por-el-Infinito, es la fracción de Éste que se interna en las tinieblas del mundo onírico. La Luz del Mediador es algo intermedio que sin estar limitado por la materia, manifiesta la sabiduría en esta.

Porque el Todo no cabe en la Ilusión.
¡Porque el Mundo Real no es lo que vemos en este sueño!

Sin embargo, hay un Mensajero que interactúa con los dos mundos, invita, promueve, libera, limpia y nos deja entrever lo Cierto, siempre que se lo permitamos.

Él es un valioso y eficaz apoyo enviado a nosotros por la Fuente, que facilita nuestro despertar. Jesús ya lo había dado a su gente: les dijo que no los dejaba solos. Los cristianos le llaman Espíritu Santo y otros sabios la Luz que Ilumina, la Inspiración Divina, la Voz interior y Eckhart Tolle le dice la Presencia.
Este último es el mejor término, porque cuando se entra en la quietud, se puede sentir la Presencia dentro de nuestro cuerpo... Comienza como un hormigueo en el plexo solar, que nos va invadiendo haciendonos livianos, hasta que literalmente entramos dentro de una energía placentera y benévola.

Así que la labor más productiva e inteligente durante esta existencia sería buscar mediante la apertura de la meditación (o de la devoción, o el éxtasis divino, o la contemplación, o la oración del místico) un contacto cada vez más firme con esta Sabiduría instantánea que nos guiará fuera del caos. Fuera de aquí.

Un buen método de regreso al Origen.