miércoles, 19 de marzo de 2014

La Esencia de los Seres y las Cosas

Analizando, aunque no es el analítico uno de mis talentos, llego a las siguientes agradables conclusiones en cadena, tal como cuando hace décadas, en las matemáticas ¨modernas¨ y en análisis lógico, derivábamos resultados a partir de premisas que se entrelazaban:

*El Todo es la sustancia, energía o esencia que todo lo compone.
*El Durmiente es una emanación del Todo: Su Hijo, en términos más sencillos.
*El Sueño del Durmiente es producto de su Mente; o sea simple pensamiento... Que esencialmente debe estar hecho de la misma energía del Todo, puesto que no existe nada fuera de Él.
*O sea que los personajes del sueño y todo su escenario (animales, árboles, agua, objetos, etc.) están hechos de la sustancia del Todo, pues son los pensamientos de su emanación.
Esto me lleva a pensar algo bello:
  • El mundo, a pesar de haberse generado en una percepción equivocada, a pesar de ser un sitio contradictorio y extraño para nosotros, debe estar hecho de la misma energía del Todo. Aunque sea energía cada vez más sutil, o degradada; como queramos verla.  Pero por definición, es básicamente perfecta en su esencia. ¡¡Esto redime al mundo a mis ojos!
  • Incluso las creaciones humanas (automóviles, casas, fábricas... Hasta armas) no escapan a la necesidad de compartir su sustancia con el Todo original.

Consecuencia: 
  1. Todo lo que vemos, aún en esta confusa realidad, es una partecita del Todo y comparte con Él su perfección.
  2. Y no se diga de las personas... Todos los que nos rodean, no pueden más que ser fragmentos difusos de la Deidad.
TODO ES DIVINO. TODO ES PARTE DE DIOS.