La religión hindú, el hinduísmo, está llena de imágenes coloridas, de danzarinas diosas y de benévolos dioses, heredados todos en tradiciones de miles de años de antiguedad que se han mezclado y combinado para dar numerosas tendencias y sectas que se aceptan pacíficamente y no se combaten entre sí. Confluencia de historias, leyendas y creencias variadas, es una forma de ver la vida en un sueño poblado por deidades, héroes míticos y lugares paradisíacos en los que con suerte se puede llegar a vivir.
A veces politeísta, en ocasiones monoteísta, es una filosofía de vida muy libre, sin dogmas ni jerarquías, que fue el origen de visiones de la existencia tan hermosas y claras como el budismo en China, que de allí se trasladó al Japón y al Tibet, dando forma entre otros, al Zen y al Camino del Diamante, respectivamente. En estas "nuevas" doctrinas sembraron conceptos que llegan hasta nosotros, estudiantes de las filosofías orientales como el karma, el dharma y el samsara.
Tienen gran cantidad de extensos libros sagrados que enseñan de manera simbólica el crecimiento del hombre elevándose hacia la Divinidad, anhelando como nosotros terminar con la dualidad y poder pasar a la Luz, la Belleza y la Vida Eterna.
En la actualidad, las pocas veces que he tenido contacto con practicantes del hinduismo me han maravillado dos cosas:
- Su alegría casi infantil, y
- Su confianza en la Divinidad
Es una gente que cuando va a orar, inevitablemente empieza a danzar.
Sus cantos son rítmicos y de una suavidad que resuena naturalmente con el espíritu humano. Transmiten tranquilidad y alegría.
La letra de sus cantos generalmente es un mantra o sonido sagrado en sánscrito (que ahora los grupos modernos occidentales los cantan), que induce un suave trance, facilitando que la mente se ponga en blanco, condición necesaria para la comunicación con Dios.
Sus cantos son rítmicos y de una suavidad que resuena naturalmente con el espíritu humano. Transmiten tranquilidad y alegría.
La letra de sus cantos generalmente es un mantra o sonido sagrado en sánscrito (que ahora los grupos modernos occidentales los cantan), que induce un suave trance, facilitando que la mente se ponga en blanco, condición necesaria para la comunicación con Dios.
A continuación un ejemplo ejecutado por la cantante Snatam Kaur, quien interpreta música devocional hindú y recorre el mundo como activista de la paz.