domingo, 17 de septiembre de 2017

Destello definitivo: Por fin: ¿Quién Soy?


Durante gran parte de mi vida, me creí poseedora de una gran metáfora que me conduciría -tal vez en mi ancianidad-  a encontrar la Verdad de la existencia. Esa metáfora era:

 ¡Dios me está soñando! 

Él era el soñador al que no se debía molestar, si queríamos que el mundo no desapareciera.

Y en consecuencia, mis escritos tendían hacia allá siempre.

Ahora,  pasados ya los años... En un destello y después de estudiar por décadas a los sabios y sus revelaciones, como por obra de magia, cada enseñanza se instaló en el lugar correcto y me di cuenta de que el durmiente no era Dios: 

¡El Durmiente soy yo!  

¡Yo soy el creador del Gran Sueño! 


Yo Soy el que decide hoy, que ya es hora de levantarse a vivir la Vida Real, por muy interesante, agradable o desastroso que el sueño me haya resultado. 

En ese nivel de conciencia -la del Despierto- ¡Sí veré directamente a Dios y compartiré con sus huestes de seres ascendidos y gloriosos!

Ahí empato, por fin, suavemente, con los guías con los que mejor he coincidido en esta encarnación:

El mundo que veo diariamente es irreal e impermanente, 
producto de la percepcion errática de mi mente,
y carece de significado.

En cambio, la Verdad es otro estado, mas allá de toda percepción.  La Vida Real es eterna, armónica, y Única, alcanzable  solamente mediante la percepción correcta, lograr la Visión y lógicamente, despertando.




¡Que viva el Shambala!
Es el paso previo a la Visión.

“…The land of Shambhala lies in a valley. It is only approachable through a ring of snow peaks like the petals of a lotus … At the centre is a nine-storey crystal mountain which stands over a sacred lake, and a palace adorned with lapis, coral, gems and pearls. Shambala is a kingdom where humanity’s wisdom is spared from the destructions and corruptions of time and history, ready to save the world in its hour of need…”