sábado, 23 de septiembre de 2017

La raíz del Ego.



El Ego se nutre exclusivamente de los atavíos de que lo dotamos. A tal punto que ya no sabemos quienes somos sin los atributos que le hemos ido dando.

¡Yo no soy el Ego!

Incluso el ego no existe. Fue mi imaginación quien le permitió expresarse y soy yo misma quien lo mantiene vivo.

Me propongo abandonarlo y dejar que se esfume.