viernes, 1 de noviembre de 2013

La Reina del Ajedrez

Todos los esfuerzos por mantener la conciencia durante el sueño lúcido van dirigidos a poder controlarlo... Pero ¿Para qué? Ahora después de años de investigación en el tema del soñar y el ensoñar, me pregunto: ¿Por qué esa obsesión de darnos cuenta de que efectivamente estamos soñando? 

Pues precisamente porque en el momento en que el soñador sabe que está soñando, viene un energético empoderamiento que lo hace el dueño del guión. 

Como hace años me decía  Zasha, mi primer maestro Zen: No te has dado cuenta, pero ¡Eres la reina del ajedrez!

Todos se pliegan a la Reina. Todos reverencian al Rey. Nada sucede sin que el director de la película lo desee... Y lo que él inventa, se plasma en la realidad del filme, con las circunstancias y adornos que él dispone.

Entonces, es así como debemos sentirnos cuando asumimos realmente que estamos dentro de un sueño:
Al comprender que lo que nos rodea es una ilusión, no podemos menos que sonreír y mirar divertidos las coloridas y cambiantes escenas a nuestro alrededor, entendiendo que vienen de nuestra mente en descanso. 

No significan nada importante... Surgieron en nuestro pensamiento porque estamos dormidos. Nuestras facultades no están activas en el momento... Simplemente, estamos en nuestro hogar, seguros, descansando y soñando...

En el instante en que nos damos cuenta de ésto, la escena se transforma y deviene en una experiencia más divertida que atemorizante: Posiblemente es el "¡ajá!" final con el que el Durmiente se endereza, sonríe y se voltea para el otro lado de la cama, a seguir soñando lo que se le antoja.


Con frecuencia hablamos de ello y nos gusta la metáfora. Pero el asunto es que no terminamos de creerlo.

¿Será que necesitamos que aparezca un mesías o un profeta vestido de manera extraña
o que un extraterrestre nos lo diga, para que nos convenzamos?

¿Será que solamente lo vamos a interiorizar si el noticiero nos lo anuncia como descubrimiento científico????