Hoy nos sentaremos solamente unos pocos minutos (sin agobiarnos) y dejaremos que los pensamientos pasen por nuestra mente mientras los observamos, dándonos cuenta de su insubstancialidad e incoherencia.
Nos sucede igual cuando nos sentamos a meditar... Van pasando por la pantalla de la mente un montón de ideas... Primero semi coherentes, llamándonos la atención sobre las cosas que nos preocupan o nos causan inquietud, o nos tienen obsesionados.
Después, si logramos zafarnos de lo que nos angustia, van apareciendo pensamientos más y más absurdos y contradictorios... Casi como cuando estamos a punto de quedarnos dormidos, momento en que personalmente me pasan frases completas, absolutamente tontas, ¡Como si alguien hubiese pescado al azar en un diccionario el sujeto y en otra página el predicado!
Nos sucede igual cuando nos sentamos a meditar... Van pasando por la pantalla de la mente un montón de ideas... Primero semi coherentes, llamándonos la atención sobre las cosas que nos preocupan o nos causan inquietud, o nos tienen obsesionados.
Después, si logramos zafarnos de lo que nos angustia, van apareciendo pensamientos más y más absurdos y contradictorios... Casi como cuando estamos a punto de quedarnos dormidos, momento en que personalmente me pasan frases completas, absolutamente tontas, ¡Como si alguien hubiese pescado al azar en un diccionario el sujeto y en otra página el predicado!
Lo grave es que eso nos pasa todo el tiempo, pero si no estamos atentos, como en la meditación, no nos damos cuenta... Por ello, Un Curso de Milagros dice que ningún pensamiento es razonable ni tiene conexión con la verdadera realidad.
La práctica entonces, es observarlos y ante su incoherencia, repetir la frase: "Estos Pensamientos no Significan Nada".
Dice además que la mente limpia de pensamientos es el estado natural del Ser. Lo que confirma que la meditación sin forma ni motivo es la mejor manera de acercarnos a Dios y a nuestro estado original.
Los pensamientos generan el espacio y el tiempo, y con ellos, la experiencia actual.
Son una cadena incoherente que se auto genera, apoyándose en la sensación de desconexión, inseguridad y miedo que crea.
Los pensamientos generan el espacio y el tiempo, y con ellos, la experiencia actual.
Son una cadena incoherente que se auto genera, apoyándose en la sensación de desconexión, inseguridad y miedo que crea.