Si ayer el eclipse sucedió con tan milímétrica perfección, sin necesidad de que yo me preocupara ni calculara nada, ¿Por qué me parece que tengo que estar arreglándolo todo y que las cosas van mal a menos que yo las programe y prevea las posibles fallas?
Si en el Universo nada está fuera de lugar... ¿Por qué creo que mi vida está mal?
Las plantas no se equivocan de flor, ni éstas se equivocan de color.
¿Por qué no vivo más ligera y despreocupadamente y dejo que la Perfección impere también en mi?
Como dice Desiderata: ¡Yo también soy una criatura del Universo!
¡Relajémonos, que todo está muy, muy bien!