Ya no vamos a oír los grupos conspiracionistas, ni a continuar informándonos de cómo los dueños del mundo se siguen enriqueciendo perversamente, haciendo sus alianzas y destruyendo comunidades enteras.
No nos debe interesar ya el Nuevo Orden Mundial, ni descubrir las mentiras de los medios de comunicación al servicio del sistema. No queramos saber más de chemtrails, de HAARP ni de las familias perversas que dominan la economía. Lo que sabemos de ellos ya es suficiente para estar en guardia y no caer ingenuamente... Ya no tenemos los ojos cerrados.
Pero para nosotros, como grupo despierto, la ruta ya es otra. Somos mucho más fuertes usando nuestra mente, que si nos armáramos de la triste materia (aunque sea un arma nuclear). No vamos a fortalecer más las mencionadas situaciones, propagándolas ni dándoles valor.
No nos debe interesar ya el Nuevo Orden Mundial, ni descubrir las mentiras de los medios de comunicación al servicio del sistema. No queramos saber más de chemtrails, de HAARP ni de las familias perversas que dominan la economía. Lo que sabemos de ellos ya es suficiente para estar en guardia y no caer ingenuamente... Ya no tenemos los ojos cerrados.
Pero para nosotros, como grupo despierto, la ruta ya es otra. Somos mucho más fuertes usando nuestra mente, que si nos armáramos de la triste materia (aunque sea un arma nuclear). No vamos a fortalecer más las mencionadas situaciones, propagándolas ni dándoles valor.
Estamos convencidos de que nuestros pensamientos han construido el mundo que vivimos. Para cambiarlo, entonces, lo único que debemos hacer es pensar de otra manera. Ser responsables TOTALMENTE de lo que sucede en nuestras cabezas, aún antes que de nuestras palabras y de nuestros actos (que son simples derivaciones del pensamiento). Así lograremos la paz. La paz en todas partes. La paz total.
Somos generadores de realidad... Y con frecuencia en nuestro miedo, reforzamos ideas que no nos gustan, haciendo que la ecuación colapse y se materialice lo indeseado. Porque aquello en lo que se concentra nuestra mente, se vuelve nuestra realidad... Incluso si pensamos en ello como en algo que desearíamos evitar.
Así que si no queremos que algo pase,
no le demos cabida en nuestra cabeza ni por un instante.
Ni para bien, ni para mal.
De lo anterior, se concluye que nuestra metodología de redención del planeta ha sido errada: Siempre creímos tener la verdad. Siempre estuvimos tratando de convencer a los demás de que están equivocados. Y anduvimos atacando ideas y personajes, ignorando que con eso les dábamos energía para que se agrandaran, como monstruos.
Entonces, dejemos de ser tan cómodos: Aunque sea cierto lo que "ellos" hacen, sería fácil tener a quien culpar: el gobierno... los ricos... los ladrones... los industriales... los médicos... la monarquía, los Rothschilds... el cambio climático, inclusive. Pero debemos responsabilizarnos: La solución única es empezar a cambiar uno mismo.
Si uno cambia, en un mundo holográfico como el nuestro,
todo cambiará.
Es nuestro problema personal. Al fin y al cabo, las cosas están como están, por nuestro errático pensar.
Cantemos mientras empezamos a cambiarnos, con Alejandro Lerner, otra canción inspiradora:
Cantemos mientras empezamos a cambiarnos, con Alejandro Lerner, otra canción inspiradora: