La Medicina Tradicional China se fundamenta en que la energía que nos anima (derivada y conectada con la energía universal, del Todo o del Tao) circula en el organismo por canales definidos, denominados meridianos. Cuando el Chi fluye adecuadamente, el cuerpo está sano y vital; de lo contrario, si existen obstrucciones en algún sector o en algún órgano, la energía se estanca y se manifiesta la enfermedad.
La función de la acupuntura (y de cualquier tipo de sanación) es entonces, restablecer el flujo y desbloquear los canales obstruidos por causas físicas o emocionales. El Chi Kung también hace dicha corrección, utilizando esos canales para incrementar la energía total y conectarse con la energía de la Fuente original.
Abrir la Órbita Microcósmica dentro de uno mismo, según Mantak Chia, -maestro de Chi Kung y creador de la Terapia Cósmica-, "Es uno de los pilares de la práctica del Tao, para absorber, condensar y transformar la energía del Chi Original, en fuerza vital, nueva y fresca". Entonces, una órbita microcósmica abierta posibilita circular la fuerza vital a través del cuerpo y expandirla hacia fuera para conectar con las fuerzas de la Naturaleza y con la energía de la Tierra.
Es importante saber que dentro de los 24 principales canales de energía, el cuerpo humano tiene dos particularmente fuertes:
El Meridiano de la Concepción o Ren Mai (color verde en la ilustración) y
El Meridiano Gobernador o Du Mai (línea de color azul).
Este último sube por el centro de la espalda, alcanza la coronilla y baja por el centro de la cara hasta la lengua, aproximadamente. El otro va por la cara anterior del cuerpo en su eje central. La energía de los dos unidos, cuando hacemos el ejercicio de mover el Chi que se enuncia adelante,constituyen la práctica de la Órbita Microcósmica, cuyo recorrido se ve en la siguiente figura:
Mediante visualización, se conduce el Chi a través de los dos meridianos conectados, de la siguiente manera:
- Sentados en el borde de una silla con la espalda recta, las manos sobre los muslos, lo pies separados apoyados sobre el suelo.
- Cierra los ojos y concéntrate en el ombligo (el centro de la energía vital o Dan Tien inferior) hasta que notes despertar el “chi”. Lo puedes sentir en forma de cosquilleo o sensación de energía.
- Una vez que puedas percibir la energía chi, auméntala con la respiración: al inhalar, la traes a ese punto y al exhalar la concentras allí. Siente la energía de la respiración. Podemos ayudarnos imaginando visualmente una bola de luz cuyo tamaño se incrementa a cada instante.
- Comienza a llevar mentalmente esa energía del perineo al sacro, subiendo por la espalda a través del meridiano Du Mai. Si conoces algo de acupuntura, podrás ir activando cada punto en la espina dorsal, con nombre propio... La Puerta de La Vida (punto opuesto al ombligo)... De allí, siempre subiendo, por todas las vértebras hasta la base de la cabeza (La Almohada de Jade) y a la coronilla (Bae Hui), el punto más alto de la cabeza, coincidente con el chakra más elevado, por el cual ingresa energía del Universo.
- Desde ahí empieza a visualizar bajando la energía de la coronilla a la frente; del entrecejo al paladar para conectar con la garganta, al chakra que sabes está ahí. Luego bajarás esa energía por toda tu línea media o canal de Ren Mai (color verde en la figura). Esto es, de la garganta al corazón y de él al plexo solar.
- Y finalmente, a la cavidad ventral, Dan Tien inferior, cerrando el circuito de la Órbita Microcósmica.
- No es complicado cuando se practica un poco: Comienzas concentrando en tu abdomen toda la energía que imagines. Luego la mueves, subiendo por la espalda, a tramos, mientras sientes que se activan los centros energéticos que están simétricamente distribuidos en ella. Rodeas la cabeza, sintiendo el aporte adicional de energía cósmica en la coronilla, e inicias el descenso por el eje de la nariz, la quijada, la lengua y la garganta. Luego, el corazón y regreso a la cavidad bajo el ombligo.
- Cuando ya se han deshecho los eventuales bloqueos y sientes que la energía fluye como una corriente libre, comienzas el ritmo de inspirar cuando sube la energía desde el perineo hasta la coronilla y exhalas cuando baja desde la coronilla hasta el perineo. (Ver figura).
Según el tiempo de que dispongas, puedes hacer varios circuitos completos, suspendiendo en el momento que quieras en el Dan Tien inferior. O sea, recogiendo la energía donde iniciaste: en la cavidad bajo el ombligo.
Haciéndolo por la mañana, te sentirás lleno de energía y en conexión con lo Superior.