La meditación Zen debe hacerse preferiblemente en total silencio. No debemos buscar música ni ningún otro distractor. Tal vez incienso y nada más, aunque no es indispensable.
Sin embargo, cuando estemos relajados, descansando, lo mejor es preferir música espiritual como la de Robert Haig Coxo, que descubrí hoy en un programa radial de Barcelona, llamado Al Otro Lado Del Espejo.
Haig nació en Canadá y fue pianista precoz. Se dedica a estudiar la relación entre la música, el cuerpo humano y la psique. Dice que su función es permitir que quien le escucha descubra la esencia del Universo.
Pertenece a la organización Kryon, que tiene relación con canalizaciones para activar el ADN, entre otros.
Hay muchos videos con sus inspiradoras composiciones que pueden buscarse en You Tube. Pongo aquí tres de muestra: