Se siente uno un poco ridículo cuando los científicos tratan de hacernos entender que estamos dentro de un gran holograma y que lo que llamamos "real", es una ilusión.
Se nos ha mostrado tantas noches en el sueño
y no nos damos cuenta de que así cómo viajamos a esa dimensión sin tiempo,
sin necesidad de llevar nuestro cuerpo material, sin límites espaciales,
debe haber muchos otros niveles donde podríamos funcionar
(¿o tal vez ya lo estamos haciendo?)
El observador Borges en sus cuentos ya lo intuía... Un sueño dentro de otro sueño, dentro de otro mayor.
Pero la oscuridad de nuestro cerebro dibuja en el cuadradito de la retina lo que "vemos"...
Interpreta para nosotros los impulsos eléctricos de la sopa cuántica que hierve,
enfocados por nuestros cinco sentidos . Solo cinco.
Creemos "tocar" algo... pensamos en el "sabor" de un manjar... (como el traidor de la nave Nabucodonosor),
y el burlón cerebro nos hace creer en una realidad externa, que no existe.
Solamente lo que miramos, aparece...
Luego, cuando desviamos nuestra atención, se esfuma.
Es el gran problema de la física cuántica: el testigo, al mirar, colapsa la función de onda,
y aparece el mundo. Pero sin observador no hay nada ahí.
Junto con todos, soy la Conciencia estática del Vacío, confundida por mí misma,
aunque conteniendo todas las posibilidades.
Creando en mi distorsión alegrías y tristezas,
poniéndome límites y dando vida a miedos,
sin recordar que este juego sencillo del holograma, del túnel de realidad individual,
lo inventamos nosotros mismos. ¿Para jugar?
Tuvimos que esperar hasta que la ciencia humana pudiera construir hologramas con perfección*.
Solamente así nuestra incredulidad pudo vencerse para comprender nuestra situación,
y tomar la decisión de vivirla conscientemente, como diversión, creando lo que nos guste,
o simplemente, decidir salir de ella.
¿Cómo será el mundo Real?
* ¿Vieron los hologramas de aviones en el WTC el 11-S? ¡Qué impecable ilusión! Como en el IMax, con vibración de la silla y todo.
Se nos ha mostrado tantas noches en el sueño
y no nos damos cuenta de que así cómo viajamos a esa dimensión sin tiempo,
sin necesidad de llevar nuestro cuerpo material, sin límites espaciales,
debe haber muchos otros niveles donde podríamos funcionar
(¿o tal vez ya lo estamos haciendo?)
El observador Borges en sus cuentos ya lo intuía... Un sueño dentro de otro sueño, dentro de otro mayor.
(Puedes ver el cubo, dentro del cubo con otro cubo flotando sobre él?)
Pero la oscuridad de nuestro cerebro dibuja en el cuadradito de la retina lo que "vemos"...
Interpreta para nosotros los impulsos eléctricos de la sopa cuántica que hierve,
enfocados por nuestros cinco sentidos . Solo cinco.
Creemos "tocar" algo... pensamos en el "sabor" de un manjar... (como el traidor de la nave Nabucodonosor),
y el burlón cerebro nos hace creer en una realidad externa, que no existe.
Solamente lo que miramos, aparece...
Luego, cuando desviamos nuestra atención, se esfuma.
Es el gran problema de la física cuántica: el testigo, al mirar, colapsa la función de onda,
y aparece el mundo. Pero sin observador no hay nada ahí.
Junto con todos, soy la Conciencia estática del Vacío, confundida por mí misma,
aunque conteniendo todas las posibilidades.
Creando en mi distorsión alegrías y tristezas,
poniéndome límites y dando vida a miedos,
sin recordar que este juego sencillo del holograma, del túnel de realidad individual,
lo inventamos nosotros mismos. ¿Para jugar?
Tuvimos que esperar hasta que la ciencia humana pudiera construir hologramas con perfección*.
Solamente así nuestra incredulidad pudo vencerse para comprender nuestra situación,
y tomar la decisión de vivirla conscientemente, como diversión, creando lo que nos guste,
o simplemente, decidir salir de ella.
¿Cómo será el mundo Real?
* ¿Vieron los hologramas de aviones en el WTC el 11-S? ¡Qué impecable ilusión! Como en el IMax, con vibración de la silla y todo.