lunes, 8 de abril de 2013

Meditación Paso a Paso. Ejercicio No.4 La Respiración

Todos los métodos tradicionales de meditación ponen mucho énfasis en la importancia de la respiración. Ella es la que conecta nuestro cuerpo con la vida y sus cambios de ritmo afectan mucho nuestra percepción.

Finalmente, nuestra percepción, después del suceso que ha llegado a nosotros en el mito de la caída de Adán en el Paraíso, se separó en dos, dándonos la falsa impresión de estar en una realidad dual, donde no puede haber bueno sin malo, ni alto sin bajo, positivo sin negativo. Un mundo absurdo, injusto e irreal, que posiblemente la meditación nos ayude a trascender unificando nuestra percepción.

La meditación que queremos practicar, entonces, se basa en lo que vamos aprendiendo con nuestros sencillos ejercicios, pero fundamentalmente, en nuestra respiración. El ritmo que aprendí de mi primer maestro Zen, me ha servido toda la vida y siempre he vuelto a él después de hacer experimentos con otros maestros. Este es:

-Siempre por la nariz-
  1. Inspirar profunda y lentamente inflando el abdomen (respiración abdominal) contando hasta 6.
  2. Contar un leve descanso de 1 y empezar a soltar el aire muy despacio, contando hasta 12.
  3. Allí demorarse sin respirar, contando otra vez hasta 6 y empezar nuevamente a inspirar.
Este ritmo comienza a activar tu glándula pineal (puede que notes una leve vibración en la cabeza, o puede que no. No importa) y te pone en un estado meditativo semejante al obtenido después de un rato de la práctica del Chi Kung, que ya hemos visto en un ejercicio anterior.



Entonces, en síntesis, debemos sentarnos con la espalda recta en un lugar donde no nos interrumpan por un rato. Relajarnos un poquito, sentirnos contentos con nosotros mismos, dejar a un lado las preocupaciones y empezar a practicar la respiración descrita, que en resumen no es sino una inspiración lenta que es duplicada en tiempo por la exhalación, con dos descansos: uno muy corto (1) al terminar de inspirar y otro largo (6) al terminar de exhalar... Este segundo descanso favorecerá que se desocupen completamente los pulmones.

Continuar esta respiración completa con ritmo suave, un buen rato y notaremos que entramos en una agradable ondulación que poco a poco funcionará sola. 

Con un poco de práctica, ya no será necesario contar el tiempo de cada inspiración y de cada exhalación, sino que lo haremos de manera aproximada y suficientemente bien. Esto es importante, porque durante la meditación ya la mente no debe hacer nada.. ni siquiera contar los tiempos.

Practiquemos esto que es muy importante. Si lo hacemos bien, la sorpresa y el premio será notar que solamente con ésto, ya hemos empezado a meditar correctamente.



En tpodo caso, que una vez hayas entrado en estado meditativo, la respiración no te complique. Establece el ritmo y luego olvídala.