sábado, 20 de julio de 2013

La Casita Ideal.

Aunque he sido por media vida practicante de Zen, no estoy de acuerdo con su adaptación a la decoración minimalista, tan de moda últimamente. Porque una cosa es limpiar la mente y la otra simplificar nuestra vivienda a tal extremo, que cualquier cosa en que estemos interesados va a dañar la uniformidad de la casa. He visto muchos apartamentos de este estilo: cama blanca con alfombra blanca y cortinas y paredes blancas. Ningún adorno.

A mí, personalmente, me gustan más bien las casas llenas de detalles traídos en los viajes y recuerdos de personas queridas, junto con libros, artesanías y velas. Con pinturas hasta el piso. Porque ya hablando de arquitectura en general, nos han hecho pensar que nuestra mente es cuadrada y en consecuencia, somos cuadrados. Ángulos rectos para todo... uniformidad... simetría.

Pero nosotros no somos así: Nos gustan los colores y las combinaciones raras... Nos gusta la madera retorcida y las irregularidades en las superficies; la combinación de texturas, los contrastes. 

Es maravillosa la mezcla irreverente de materiales en una construcción: Tan agradable que es ver una base de piedra sosteniendo una casa de barro... O una fachada de madera sobre la blancura inmaculada de la pared de cal. Un chalet... O la casita de un Hobbit ¡Metida en la roca!



En cuanto a los dinteles y las ventanas, qué bien se sienten los arcos y los óvalos, lo mismo que las superficies levemente torcidas o desafiando la vertical. ¡Y la luz! Mucha luz es una delicia... Pero también los sectores en penumbra tienen magia, misterio: Son acogedores... Nos sentimos más seguros y relajados allí. Así, entre otros factores, un buen ambiente se logra con una sabia proporción de luz y sombra.

Y para dormir o descansar, los techos bajos... Y los inclinados... Y la luz que se cuela por un sitio indefinido... Y no me digan la luz a través de vidrios de colores: los vitrales, si somos muy elegantes y las botellas de vidrios coloridos, si somos más eco-amigables.

Es que así somos nosotros: Somos fluidos. Fluctuantes. Vaporosos. De colores brillantes y oscuros rincones. Nos gusta ocultarnos, a veces, y asolearnos a veces también. Somos felices, como niños, sentados en el suelo, junto al fuego. ¿Por qué entonces, nos encuadramos en artificiales uniformidades que no van con nuestra fantástica forma de ser? Tal vez, porque eso es lo que se estila, o es lo que nos ofrecen... Y nos quedamos ahí, aunque no encontremos nada que nos haga sentir algo especial.

Entonces, para los afortunados que tienen un terrenito en el campo o un pedacito de lote con vegetación, -lo verde es indispensable- les dejo un video con un montón de ideas para estimular su creatividad a la hora de construir y decorar la vivienda de sus sueños.


Igualmente, para los valientes que aún están jóvenes y quieran arriesgarse a ser los artífices de su propia casa sana, van a continuación instrucciones muy precisas:


Algo así será la casa del futuro, porque estamos ya en la vía de regreso. No querremos pronto más construcciones en cubos, frías y aburridas. Buscaremos esa casa que está en nuestros recuerdos, sin que la hayamos visto. Esa acogedora construcción que reflejándonos, nos hará sentirnos a gusto y más humanos que nunca.

Ahora la referencia de un próximo curso en el Ecuador: 


 CURSO DE BIOCONSTRUCCION
APRENDE A CONSTRUIR TU CASA
Tumbaco, Quito 2015

¿Has soñado con construir la casa de tus sueños? ¿Te falta saber cuáles son las opciones y cómo manejar los materiales? Pues este curso es para ti.
Por tercer año consecutivo, te ofrecemos la oportunidad de aprender a construir en talleres prácticos, en el marco de construcciones reales.

Lugar: Tumbaco
FASE 1:
Introducción y bioclimática: 21 de marzo
Cimientos con llantas de auto: 4 de abril
Paredes con pacas de paja: 18 de abril
Construcción en adobe: 2 de mayo

FASE 2: Bahareque, enlucidos, filtros vivos 
(las fechas dependerán de los avances de la construcción).

Reservaciones
(593) (02) 2052479 / celular: 0997742500