domingo, 25 de agosto de 2013

La Muerte y la Mente Única

¡Cuánto miedo nos han enseñado a tenerle a la muerte! La parca simuló acercarse a mi familia hace pocos días... Pero mirándola de frente, pude darme cuenta de que es falsa. No existe. Es un espantajo. Un efecto especial que nos hace: "¡Buuuuuu!". Es una ilusión con la que nos han tenido a todos, como internas asustadas en colegio de monjas.

La semana pasada la partida de mi padre, -a la luz del nuevo pensamiento, de la nueva esperanza-, no fue lo clásico, por suerte: No sentí rabia ni abandono. Simplemente sentí una gran sensación de paz y conexión.

Es que si somos una sola mente con la Mente Universal, (como ya estamos convencidos de que lo somos) ¿Qué poder puede tener un remedo de separación como la muerte?

Un Curso de Milagros dice que la muerte es como todo lo que vemos a diario: Una convención; un acuerdo colectivo. Nos pusimos de acuerdo todos en que íbamos a ser efímeros. En que nuestro mundo sería un campo de destrucción permanente y progresiva. Y nuestros pensamientos, unidos, lo hicieron "realidad". Eso es lo que vemos.

Porque vemos lo que imaginamos ver, azuzados por el Ego, que disfruta mucho nuestras angustias. Se nutre de ellas.


Entonces, si somos una sola mente con la Mente Universal, (como ya estamos convencidos de que lo somos), mi mente y la del ser querido, no solamente están unidas en el amor: ¡Es que son una sola!

Solamente hay una Mente. Una gran mente de la cual hacemos parte. Así que es imposible separarnos de aquellos que fallecen. Pues sabemos que somos inmortales.
¿Por qué no dejamos ya de preocuparnos? -Lo que me parece es que somos los campeones del masoquismo-.

¿Son acaso los dedos entes aislados, porque parece que se mueven independientemente?
Sabemos que hay algo detrás que los une, los sincroniza y los hace una unidad, con un propósito común. Ellos no rivalizan entre sí y no piensan en que el pulgar es superior o mejor que el meñique.

Tú y yo estamos unidos por la mente. mi padre, aunque se haya ido, está unido y es una sola unidad con nosotros y además, con la Fuente misma. El Creador.

Qué linda visión de un gran Dios y todos sus hijos emanados de su mente, pero jamás separados. ¡Jamás solos!