En el siguiente video, da testimonio de un fugaz pero profundo atisbo de la Verdad, que experimentó mientras estudiaba los temas sobre el presente y la abolición de los pensamientos que pregona Tolle.
Lo que le sucedió equivale a lo que los budistas llaman el "Samadhi". Esto es, un momento de iluminación que no perdura y que generalmente la persona trata de volver a experimentar sin éxito.
¿Qué es el Samadhi? Según Sri Chinmoy
Sri Chinmoy es un gurú que recientemente murió (2007) pero que tenía muchos seguidores occidentales. Me gustaban mucho sus enseñanzas, porque él era todo amor. A diferencia de las adustas meditaciones Zen a las que yo estaba acostumbrada, centradas en el ombligo, -en el Hara-, donde está la fuerza, la acción, Sri Chinmoy, enseñaba a meditar con centro en el chakra del corazón, suavizando nuestra forma de ser y despertando la compasión. Además, era un poeta de Dios y acompañaba sus versos con melodías de su flauta. Un ser medio angelical.
Otra característica de este gurú era su capacidad de entrar en samadhi a voluntad, momentos en que se ausentaba del sitio donde estaba su cuerpo y se unía en gozo con la Divinidad. Según él, el samadhi es un elevado estado espiritual de conciencia. Decía que en samadhi, durante un período breve de tiempo se pierde toda conciencia humana; y en ese estado, la concepción del tiempo y el espacio se vuelve totalmente diferente: Durante un tiempo más o menos largo, se está completamente en otro mundo. En esta tierra hay muchos deseos todavía insatisfechos en todos nosotros: millones de deseos que no están colmados, y millones de cosas por hacer. Pero cuando uno está en samadhi, siente que todo está hecho y no hay nada que hacer.
Continuando con las explicaciones de Sri Chinmoy, en samadhi hay pensamientos e ideas viniendo desde varios lugares, pero no lo afectan a uno. Aclara que mientras se está meditando, se permanece imperturbable y el ser interno funciona de una manera dinámica y confiada. Pero cuando se está un poco más arriba, cuando se ha llegado a ser Uno en samadhi, no hay pensamientos ni ideas en absoluto.
Por otra parte, la conciencia del samadhi jamás puede ser expresada con claridad, porque no hay mente; sólo hay paz y dicha infinitas. Allí se detiene la danza de la naturaleza y el conocedor y lo conocido se vuelven uno. Allí se disfruta de un éxtasis divino, todo abarcador y amoroso.
Por otra parte, la conciencia del samadhi jamás puede ser expresada con claridad, porque no hay mente; sólo hay paz y dicha infinitas. Allí se detiene la danza de la naturaleza y el conocedor y lo conocido se vuelven uno. Allí se disfruta de un éxtasis divino, todo abarcador y amoroso.
Cuando se entra en samadhi, lo primero que se siente es que el corazón es más grande que el universo mismo. Ordinariamente uno ve el mundo a su alrededor y el universo parece infinitamente más grande que uno. Pero esto sucede así porque el mundo y el universo son percibidos por la mente limitada. En cambio, cuando alguien está en samadhi, ¡Ve el universo como un pequeño punto dentro de su propio corazón!
Lo maravilloso y atractivo de este estado, es que en samadhi hay dicha infinita. Pero de él todos tienen que regresar a la conciencia ordinaria, pues nadie se ha quedado allá. Es una etapa. Algo transitorio, que aunque se acerca un poco, no constituye la iluminación.
Hay varias formas de experimentar esto, aunque solamente lo he oído de mentes muy entrenadas. No obstante, nosotros podemos buscar este estado por medio de la meditación en el vacío; esto es, en cualquier tipo de introspección sin objeto. Jim Carrey, por su parte, lo obtuvo sin buscarlo, cuando vaciaba de pensamientos su mente...
Hay varias formas de experimentar esto, aunque solamente lo he oído de mentes muy entrenadas. No obstante, nosotros podemos buscar este estado por medio de la meditación en el vacío; esto es, en cualquier tipo de introspección sin objeto. Jim Carrey, por su parte, lo obtuvo sin buscarlo, cuando vaciaba de pensamientos su mente...