Las amalgamas que desde hace más de 50 años se le ponen a la gente en la boca para tapar las caries, son un peligro enorme para la salud. Ya los médicos naturistas habían dado la voz de alarma hace dos décadas, solucionando frecuentemente dolencias inexplicables, principalmente dolores de cabeza y migrañas, con la simple extracción de la amalgama.
El problema de estos empastes radica en que están compuestos de una mezcla principalmente de plata y mercurio, que al permanecer en la cavidad bucal en contacto con la saliva y el aire, son una fuente permanente de tóxicos que ingresan al cuerpo, dañando paulatinamente algunos órganos vitales. Como este proceso sucede día a día en pequeñas cantidades, hasta hace relativamente poco nadie había relacionado la presencia de esta toxina con enfermedades.
Ahora, ya con evidencias clínicas comprobadas y declaraciones públicas de odontólogos famosos, uno pensaría que esta práctica iba a ser prohibida. Pero no es así: la Asociación Dental Americana ADA, y detrás de ella las entidades homólogas en nuestros países, siguen defendiendo el uso de mercurio en la boca y lograron que las amalgamas dentales fueran exentas del Tratado Ambiental sobre el Mercurio en en Programa de Naciones Unidas para el Ambiente (UNEP).1
El problema de estos empastes radica en que están compuestos de una mezcla principalmente de plata y mercurio, que al permanecer en la cavidad bucal en contacto con la saliva y el aire, son una fuente permanente de tóxicos que ingresan al cuerpo, dañando paulatinamente algunos órganos vitales. Como este proceso sucede día a día en pequeñas cantidades, hasta hace relativamente poco nadie había relacionado la presencia de esta toxina con enfermedades.
Existe evidencia convincente que demuestra que el mercurio se libera fácilmente en forma de vapores cada vez que uno come, bebe, lava sus dientes o los estimula de cualquier otra forma. Este vapor de mercurio pasa fácilmente por las membranas celulares, a través de la barrera hematoencefálica hacia el sistema nervioso central, en donde puede causar problemas psicológicos, neurológicos e inmunológicos. Porque es una potente neurotoxina que puede dañar el cerebro, el sistema nervioso central, el aparato reproductivo y los riñones. Los niños y los fetos, cuyos cerebros continúan desarrollándose, son los que se encuentran en mayor riesgo, pero en realidad cualquier persona puede verse afectada.
Afortunadamente, a principios de este año, el 19 de enero del 2013, más de 140 naciones firmaron el tratado, dando origen al “Convención de Minamata contra el Mercurio”2 que incluye una disminución gradual en todo el mundo del uso de amalgamas dentales para reducir la contaminación por mercurio. En países como Suecia y Noruega el mercurio dental ha sido prácticamente eliminado. Sin embargo, las vacunas que contienen mercurio fueron excluidas del mencionado tratado.
Un Desastre, no solamente para su Salud, sino para el Ambiente
Varias organizaciones ecológicas han señalado que el mercurio dental es «una de las mayores fuentes de contaminación por mercurio después de la producción de cloro-sosa», subrayando que los empastes con mercurio ocupan unas 400 toneladas anuales de mercurio y acaban contaminando el agua –a través de las aguas residuales y los residuos urbanos–, el aire –a través de las cremaciones, las emisiones de las clínicas dentales y la incineración–, y el suelo –a través de los basueros, los cementerios y la aplicación de lodos residuales de las empresas de alcantarillado.
Cómo será de peligroso el mercurio, que en USA, cuando se envía a los dentistas para fabricar las amalgamas dentales, se maneja como material peligroso hasta el consultorio dental. Cualquier sobrante de amalgama también es considerado como peligroso y se requieren precauciones especiales para eliminarlo: (Sin embargo se supone que es “seguro” tenerlo en su boca durante años).
Por otra parte, una vez que alguien muere, sus empastes de mercurio siguen representando una amenaza para los vivos. Las emisiones de la combustión de los empastes de mercurio durante la cremación contaminan significativamente el aire, el agua, el suelo, la fauna y los alimentos.
Son de siete a nueve las toneladas de mercurio que escapan a la atmósfera durante las cremaciones y se estima que si esto no se controla, para el 2020 los crematorios serán la principal causa de contaminación por mercurio.
Así que debería eliminarse esta práctica. De acuerdo con el gobierno canadiense y otras fuentes, cuando se toman en cuenta los costos ambientales y los costos de limpieza, las amalgamas en realidad son el material dental MÁS CARO en el mundo. También son la causa número uno de exposición al mercurio para los consumidores.
Odontología Holística
Lo más conveniente es acercarse a la odontología biológica, también conocida como odontología ambiental u holística. En pocas palabras, la odontología biológica considera a dientes y encías como parte integral de todo el cuerpo y cualquier tratamiento médico que realiza en ellos, toma en cuenta este hecho. El objetivo principal de la odontología holística es resolver los problemas dentales trabajando en armonía con el resto de su cuerpo. Por eso, debemos hacer los esfuerzos que sean necesarios para ubicar un profesional de esta categoría.
Para todos aquellos que tienen empastes de mercurio (amalgamas), el Docor Mercola les recomienda que lo ideal sería se los quiten… Pero con cuidado. Que eviten cometer el error que él cometió hace 20 años, haciéndolo con un dentista convencional. Cuando se quitan estos empastes puede estar expuesto a cantidades muy significativas de vapores de mercurio si su dentista no sabe lo que está haciendo. Todo el consultorio queda contaminado con los vapores, durante largo tiempo, afectando a dentista y pacientes posteriores. También es por esta razón, que recomienda que ANTES de que se quite los empastes debe estar sano, ya que debe tener sus mecanismos de desintoxicación trabajando a su máximo nivel antes de esta intervención.
