Pocas canciones tan emocionantes y que nos tocan románticamente como En Aranjuez con Tu Amor.
Coloco aquí, como un descansito muy merecido en nuestra búsqueda de la Verdad, la interpretación magistral y sentida del gran tenor José Carreras. A la vez, un resumen de su hermosa amistad actual con el tenor madrileño Plácido Domingo.
Carreras y Domingo se consideraban rivales al ser ambos tenores contemporáneos en el mismo país, pues competían por el favor del público español e internacional. Esto los hizo casi enemigos, considerando además, que eran políticamente irreconciliables, pues Carreras era catalán y no le perdonaba al otro por ser madrileño, expresándose mal de él con frecuencia y negándose a cantar si el otro tenor era invitado también.
Sin embargo, en el 87 le diagnosticaron a Carreras leucemia, enfermedad que enfrentó con mucho valor y decisión de curarse, pero cuyo tratamiento le obligaba a permanecer varios días en Estados Unidos cada mes. Estos viajes y lo costoso del tratamiento, lo llevaron casi a la ruina, a pesar de que tenía una pequeña fortuna por su fama, que en ese instante estaba ya en la cúspide.
Mientras tanto, Plácido Domingo quería apoyarlo económicamente, pero tenía bien claro que el catalán jamás aceptaría su ayuda. Decidió entonces hacer una fundación para personas con cáncer, manteniéndose en el anonimato. José Carreras, al saber que existía dicho sitio en Madrid, acudió a él y pudo obtener el apoyo financiero que le faltaba hasta su total recuperación.
Más tarde, ya curado tras un trasplante de médula al cual se sometió sin anestesia, para no arriesgar sus cuerdas vocales con el entubado, regresó al escenario y de alguna forma se enteró de que su benefactor era nadie menos que su enemigo artístico.
Entonces, en una prueba de nobleza, agradeció públicamente a Plácido Domingo su gesto, irrumpiendo en uno de sus conciertos en Madrid, y pidiéndole perdón de rodillas, en pleno escenario... Plácido le respondió abrazándolo y desde entonces son amigos inseparables.
Linda historia, ¿Verdad?