lunes, 4 de marzo de 2013

¡A la maravillosa generación del 53!

Uno de los grupos humanos más espléndidos, optimistas y exitosos... que fluyeron divertidos, manejando el mundo. O... ¿Aún lo están manejando?

Sabias serpientes en el calendario chino, intensamente espirituales/buena-vidas (si es que esa combinación puede darse).

Primeros niños índigo de los que se tuvo noticia... Precursores.
Al mismo tiempo, como en la canción, insatisfechos... Frustrados con el estúpido materialismo de fin de siglo, por un pequeño error de calendario: Pasaron la vida pensando en el final mágico del siglo veinte, cuando todo cambiaría... Y no era el año 2.000 el que tenía que importarles...

En este sentido, ya el panorama no es tan negro como lo fue el inicio del veintiuno: Realmente, estos días a veces se parecen algo a los sueños de la generación que desempolvó la filosofía hindú y trajo a cuento a yoguis, lamas y rimpoches. Coinciden en muchos puntos ya con la generación que ante sus progenitores, -producto de la era industrial y perseguidores del sueño americano-, fue capaz de hablar y practicar la meditación.

Gente que, además,
  • "Jamás le tuvo miedo a vivir"
  • "En todo ha sido aprendiz" 
  • "No le pesa lo vivido, pero nunca mira hacia atrás... Porque efectivamente, puede volverse sal"
  • "Se subió de un salto en el primer tren"
  • "Saltó sin red" en muchas ocasiones.
Sin más preámbulos, la emocionante versión de Ana Belén: